Estas son dos de las principales conclusiones del último Informe global de KPMG sobre reporte de las políticas de Responsabilidad Corporativa de 2017. “La RSE va de confianza y de previsibilidad. Las empresas que cuidan los intangibles son más previsibles y esto es fundamental hoy en día”, subraya José Luis Blasco, responsable global de Servicios de Sostenibilidad de KPMG. La Responsabilidad Social de las empresas es asunto que interesa cada vez más a los inversores. Éstos son conscientes de que aspectos que antes se consideraban "no financieros" pueden tener un efecto sustancial en la capacidad del negocio para crear valor y protegerlo tanto a corto como a largo plazo, detalla Blasco. Un ejemplo de ello son los riesgos financieros ligados el cambio climático. Tres de cada diez de las grandes compañías mundiales ya lo recogen así en sus informes financieros anuales aunque, una mayoría cualificada (72%), todavía no hace ninguna alusión al respecto. Y las pocas que lo hacen, solo un 4% facilita a los inversores análisis sobre el posible valor en riesgo del negocio.
El papel de los gobiernos, el mercado de valores o el regulador financiero es muy importante a la hora de determinar la obligatoriedad o fomento del desglose del riesgo vinculado al clima. Así, se observa que solo en cinco países del mundo la mayoría de las cien primeras empresas aluden a los riesgos financieros relativos al clima en sus informes financieros: Taiwán (88%), Francia (76%), Sudáfrica (61%), Estados Unidos (53%) y Canadá (52%). Las compañías forestales y de papel, química, minería y petróleo y gas son las que más reconocen el riesgo vinculado al clima en sus informes. Las que menos lo hacen son las de atención sanitaria, transporte y ocio y distribución minorista. Desde KPMG animan a que las compañías incrementen sus desgloses corporativos del riesgo vinculado al clima. “Las que no actúen rápido podrían empezar a perder inversores muy pronto y comprobar la rapidez con la que aumenta el coste del capital y los seguros”, resalta José Luis Blasco.
La consultora ha analizado la información que recogen en sus informes financieros anuales y de RSE/RSC de un total de 4.900 compañías en 49 países del mundo (las 100 mayores de cada país). Además del riesgo financiero ligado al cambio climático, KPMG ha observado tres tendencias emergentes más sobre reporte de las políticas de sostenibilidad.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados en 2015 por la ONU es otra de ellas. El 43% de las mayores de las 250 mayores empresas del mundo conectan los ODS con sus iniciativas de RSE. Un porcentaje que en España sube hasta el 53%. Las políticas de Derechos Humanos es otra de las tendencias relevantes que se destacan en este informe; están en la agenda de las empresas como una cuestión de negocio global más. En concreto, el 73% de las empresas reconoce los derechos humanos como una cuestión de responsabilidad corporativa que la empresa precisa abordar. En el caso de España, el porcentaje se sitúa en el 82%.
Por último, los objetivos de reducción de emisiones de CO2. El 67% de las 250 empresas más importantes del mundo revelan sus propios objetivos para reducir las emisiones de CO2, aunque la mayoría (69%) no los alinea con los objetivos climáticos establecidos por los Gobiernos, las autoridades regionales como la UE o la ONU. En España, el 60% de las grandes empresas recoge sus objetivos de reducción de emisiones.
Cuatro tendencias que cada vez se están asumiendo más y más en el día a día de las empresas de prácticamente todos los sectores. Informar sobre ellas genera confianza, “y ésta se materializa en acceso; acceso a clientes y mercados”, indica José Luis Blasco.
