La mayoría de los suecos considera la sostenibilidad como una forma de vida. Es uno de los países que más avanza en igualdad de género, que más promueve la conciliación laboral, suele ocupar los primeros puestos en Europa en cuanto a consumo de alimentos orgánicos y reciclaje, la mitad de su energía se obtiene de fuentes renovables, fueron los primeros en crear una agencia nacional para el medio ambiente y en legislar sobre transparencia…La lista podría continuar. Estas características de los suecos también las llevan consigo cuando internacionalizan sus empresas.
Aproximadamente, más de 400 compañías suecas ejercen su actividad en España y sus perspectivas económicas para este año son muy positivas. Según un reciente informe de la consultora internacional de comunicación y asuntos públicos Kreab y la Cámara de Comercio Hispano – Sueca más de la mitad de las empresas suecas en España estiman un crecimiento del negocio para este año y prevén cerrar el año 2017 con incrementos “significativos” de sus plantillas. El 80% de los encuestados asegura que consideran importante, o muy importante, las políticas medioambientales y de sostenibilidad que su empresa lleva a cabo, apunta Eugenio Martínez Bravo, Managing Partner de Kreab Iberia. El documento expone también cómo los directivos suecos valoran muy positivamente del trabajador español su productividad, compromiso y adaptación a entornos multiculturales. Por ello, dichas compañías invierten casi cuatro mil millones de euros en España, aunque no es solo dinero lo que traen sino una forma concreta de gestionar.
“A las empresas suecas se les reconoce por su buen trabajo en sostenibilidad”, destaca Lars-Hjalmar Wide, Embajador de Suecia en España. Por el lugar en el que han sido fundadas llevan impregnadas los valores de la Responsabilidad Social y tienen muy incorporado la importancia de los intangibles. Hace cuatro años el RobecoSAM Country Sustainabiliy calificó a Suecia como líder mundial en Responsabilidad Social Empresarial. Pero además de los valores de la transparencia y el cuidado medioambiental que caracteriza a los países del norte de Europa, el Gobierno de Suecia ha tenido un papel importante en el impulso de la RSE.
Las grandes empresas suelen avanzar con más facilidad en su evolución de la Responsabilidad Social, las pymes tienen más dificultades. Consciente de ello, el gobierno sueco creó en 2002 el puesto de Embajador de Responsabilidad Social Empresarial. Un cargo que también existe en países como Noruega y Francia y que tiene el foco de atención puesto en las embajadas y en los consulados donde organizan programas de formación sobre sostenibilidad. Trabajan en permanente contacto con el Gobierno central para coordinar sus acciones con la estrategia nacional de RSE y asegurar que todas las empresas suecas que se internacionalizan lo hacen aplicando la sostenibilidad. Programas de training con la mirada puesta en sus pequeñas y medianas empresas. Tal y como explica Diana Madnuic, embajadora de Responsabilidad Social Empresarial de Suecia, los ejes centrales de este país en la RSE son: los derechos humanos, medioambiente, anticorrupción, condiciones laborales, igualdad de género, ética y fiscalidad. “En Suecia abres un periódico y ves constantemente información sobre sostenibilidad. No hay que hablar de costos de la Responsabilidad Social sino de competitividad y ventaja empresarial”, detalla Madnuic.
En la presentación del estudio elaborado por Kreab participaron en un debate empresas suecas con gran bagaje en el ámbito de la sostenibilidad como Volvo Trucks, Ikea, Enagás y H&M. Todas ellas coincidieron en la relevancia de la sostenibilidad corporativa como ventaja competitiva. “Hay que democratizar la sostenibilidad”, subrayó Arturo García Martínez, Director de RSC de Ikea Ibérica.