Un porcentaje muy superior al de Europa Occidental (28%), al de los mercados desarrollados (30%) e incluso al de las economías emergentes (40%), algo falla en la cultura española. Y es que casi un tercio de los encuestados aseguró que en ese contexto podrían justificarse los pagos en metálico, frente al 9% de Europa Occidental y de los mercados desarrollados o el 16% de los mercados emergentes. De hecho, España se sitúa como el octavo del mundo por esta hipotética conducta inapropiada, sólo por detrás de China, Hong Kong, Eslovaquia, Malasia, Grecia, Indonesia y Singapur.
Asimismo, uno de cada cuatro directivos afirma que podría estar dispuesto a pagar con ocio si asegura la continuidad de su negocio –en línea con el resto de las áreas– y el 14% justificaría que les obsequiaría con regalos personales. Un porcentaje que duplica al recogido en Europa Occidental y en el conjunto de los mercados desarrollados.
¿Y falsificar los resultados financieros de la empresa? Pues según este estudio EY Global Fraud Survey, el 12% de los ejecutivos encuestados en España confiesa que podría justificarlo si con ello la empresa sobrevive, lo que supone seis veces más que en Europa Occidental (2%) y que en los mercados desarrollados (2%) y el doble que en los mercados emergentes (6%). Según el estudio de EY, España es el séptimo país en donde más disculparían esta mala conducta, al situarse tras Malasia, Kenia, Arabia Saudí, Hong Kong, Colombia y Filipinas.
En este sentido, el 46% de los directivos españoles consultados afirma que justificaría realizar alguna de estas actuaciones (políticas de devolución de productos más flexibles -26%-, cambios en parámetros de valoración –22%–, extender el período de informes mensuales –14%–, cambiar la fecha del contrato –8%– y contabilizar ingresos antes del período –6%–) para cumplir con los objetivos financieros.
Otro dato impactante de este documento es que el 50% de los directivos españoles percibe que los sobornos y la corrupción son frecuentes a la hora de hacer negocios en España, y uno de cada dos encuestados opina que existen normas, pero no lo suficientemente efectivas. En este marco, la percepción de sobornos y corrupción en el mundo de los negocios es ahora mayor que en la encuesta anterior, cuando el 28% de los ejecutivos afirmaban que eran prácticas habituales en España, y supera notablemente el resultado del 20% que arroja el estudio en Europa Occidental.
Este aumento de la percepción de corrupción lleva a España a subir desde la 31ª posición a la 22ª en un ranking que encabezan países como Brasil, Ucrania, Tailandia y Nigeria. Por el contrario, Finlandia, Arabia Saudí, Suecia y Dinamarca son los países en los que existe menos percepción de estas prácticas entre los directivos de las empresas