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Étnor propone el documento “Sociedad Valenciana. Año 0”, con diez puntos para el debate que tiene como objetivo hallar una ética mínima en la que lo seres humanos no sean instrumentos sino fines en sí mismos

“Hace 25 años, cuando nadie hablaba de ética, la Fundación Étnor abrió un camino. Fuimos pioneros y seguimos siendo la única fundación de iniciativa privada que tiene por tarea transmitir los valores de la empresa”. Así presenta Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política y directora de Étnor, la trayectoria de esta Fundación que “emerge de la sociedad para la sociedad”.

La Fundación Étnor, constituida en Valencia en 1991, cuenta con más de 100 miembros entre entidades y particulares, y aglutina a empresarios y académicos. “Somos la sociedad civil”, apunta Cortina.  Y precisamente por ello y “tras la desmoralización de los últimos años por la crisis no sólo económica, sino de valores y de formas de vida, urgimos a la corresponsabilidad de todos para reparar, en la medida de lo posible, los daños causados”.

Desde esta corresponsabilidad, la Fundación Étnor quiere invitar a empresas y empresarios, a políticos y a los ciudadanos a un pacto para lograr una sociedad valenciana mejor y más justa. Como inicio hacia este gran acuerdo, Étnor plantea diez puntos para el debate en el documento “Sociedad Valenciana. Año 0”. En opinión de la directora no se trata de borrar el pasado, sino de aprender de él para reconstruir y dar sentido al horizonte venidero. Se trata de “hallar la ética mínima de una sociedad pluralista y democrática. No es una cuestión de ideales máximos, sino de los mínimos que garanticen los valores indispensables: justicia, autonomía, responsabilidad y compasión”.

Entre los puntos para el debate, se plantea la necesidad de que la política avance hacia una mayor representación activa de la ciudadanía, pero también que la economía y las empresas superen “la maldición del cortoplacismo, que les lleva a convertirse en redes débiles donde los puestos de trabajo se reemplazan por proyectos”.

En definitiva, “se trata de entender que los seres humanos son fines en sí mismos, tienen un valor absoluto y no se les debe instrumentalizar, tiene que estar a su servicio la empresa, la universidad, la política, la economía, porque los seres humanos tienen dignidad y no un simple precio”.
Por ello, desde la Fundación se anima a los empresarios a que “al asumir su poder asuman su responsabilidad. El poder que se ha dado al ámbito económico debe estar legitimado porque el fin de una empresa es atender a todos los afectados y cuando no se guía con criterios de justicia crea una esquizofrenia social”.

Para el presidente de la Fundación Étnor, Enrique Belenguer,  la propuesta de este pacto es “una de las razones de ser de la Fundación, que busca ser un espacio de reflexión y de acción para los empresarios y directivos, en definitiva para hacer la sociedad valenciana más justa, más ciudadana”.
Para alcanzarlo, la Fundación abordará los distintos puntos de debate en el  Seminario Permanente Nuevos caminos de la responsabilidad social y empresarial, que se celebrará a lo largo de nueve sesiones de octubre a junio. Pero además, se acercará a los distintos agentes empresariales, sociales y políticos para crear un debate y poder alcanzar esta ética de mínimos.

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