progreso.

Los muertos que deja el progreso

Los muertos que deja el progreso

Hace 70 años Herbert Marcuse se preguntó por los muertos que deja el progreso, por los cadáveres olvidados del progreso, que rápidamente se entierran para que nadie los vea y nadie hable de ellos, para que nadie cuestione las bondades del progreso.
¿A qué estamos dispuestos a renunciar para cumplir nuestras ambiciones de sostenibilidad?

¿A qué estamos dispuestos a renunciar para cumplir nuestras ambiciones de sostenibilidad?

Desde hace años diferentes corrientes teóricas están poniendo en cuestión el concepto de desarrollo. En esta puesta en duda de categorías muy arraigadas entra también el crecimiento económico. Este se encuentra estrechamente vinculado al aumento de la producción, el consumo y la utilización de recursos y, por consiguiente, tiene efectos perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana. Es poco probable que se pueda lograr a escala mundial una desvinculación duradera y absoluta entre el crecimiento económico a gran escala y las presiones y repercusiones ambientales; por lo tanto, será nuestro desafío replantear lo que se entiende por crecimiento y progreso y su significado para la sostenibilidad y la vida.
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