Según dos informes de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) publicados recientemente, el aumento de la eficiencia de la producción circular ha reducido algunos impactos ambientales, pero por sí solo es improbable que el consumo europeo alcance un nivel sostenible. Para ello, los expertos advierten que será necesaria una transformación más profunda de las pautas de consumo.