En un mundo cada vez más interconectado y globalizado, el papel de las empresas como motores económicos es cada vez más relevante, y a su vez, cada vez más complejo, puesto que viene acompañado de una responsabilidad de convertirse, también, en un motor de progreso social.Así, la aspiración de convertirse en un reflejo de la sociedad en la que cada empresa opera es cada vez más común en estos tiempos, y a estas alturas toda empresa que honestamente busque ese reflejo sabe que tal aspiración implica enfrentarse a los retos a los que la propia sociedad se enfrenta.