En el último tiempo, la salvaguardia y fomento de los derechos infantiles se han erigido como prioridades fundamentales para la Unión Europea y el Parlamento Europeo. Estos compromisos están firmemente establecidos en el artículo 3 del Tratado de Lisboa y en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, reflejando un compromiso inquebrantable con el bienestar y la protección de los niños.