Este concepto es acuñado en el informe “Los y las jóvenes y el reto de la digitalización en la COVID-19: competencias para la vida, el empleo y la educación” elaborado por Cruz Roja. La publicación hace referencia a la falta de formación, el limitado nivel de competencias, las dificultades de acceso al empleo, la explotación laboral, la precariedad en los hogares y el bajo estado de ánimo en el que se encuentran muchos de los menores de 30 años en nuestro país.