Durante siglos, la humanidad ha construido su progreso de espaldas a la naturaleza, como si el desarrollo y la vida fueran caminos separados. En realidad, ambas están profundamente conectadas: cualquier impacto en una repercute inevitablemente en la otra. En el actual contexto de crisis climática y pérdida acelerada de biodiversidad, recuperar la armonía exige incorporar la tecnología como aliada esencial para restaurar los ecosistemas marinos.