Me reconozco optimista y siempre trato de mirar la parte positiva de los temas que me ocupan y preocupan. Pero es cierto, el contexto global actual nos enfrenta a un escenario preocupante: discursos extremistas que, lejos de avanzar hacia una sociedad más inclusiva y justa, ponen en peligro los logros que, con esfuerzo y perseverancia, las mujeres (y cada vez más hombres, seamos justas) hemos conquistado en los últimos años. En un momento en el que parecía que la igualdad de género y la diversidad estaban siendo cada vez más aceptadas en todos los ámbitos, desde el político hasta el corporativo, los retrocesos son palpables. Duele. El regreso a debates que pensábamos ya saldados nos obliga a reflexionar sobre el impacto de estos cambios en el mundo corporativo, pero también sobre las estrategias que podemos adoptar desde espacios como Las ConSentidas para proteger y fortalecer los derechos de las mujeres.
Llega otro 8M y aunque no soy muy fan de “celebrarlo” (mujeres somos 365 días al año), sí soy de opinar para generar debate, para invitar a la reflexión. Estamos aún lejos de esa “normalización de género” por la que tanto he trabajado los últimos 11 años.
Escucho con asombro discursos polarizados y políticas regresivas que están reabriendo debates que, en muchos lugares, consideraba que estaban ya superados. ¡Ǫué equivocada estoy (o, una vez más, qué utópica, soy!). Discursos que atacan la diversidad de género, que cuestionan el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, y que incluso niegan los avances en inclusión, constituyen una amenaza no solo para las personas directamente afectadas, sino para toda la sociedad. Va de que esto se entienda de una vez: nos afecta a todos.
En el mundo corporativo, estos retrocesos tienen un impacto directo y profundo. A medida que los valores de inclusión y equidad se ven amenazados por nuevas políticas y voces extremistas, las organizaciones corren el riesgo de retroceder en sus compromisos con la diversidad. Este contexto genera una presión adicional sobre las empresas que han estado liderando el camino hacia un entorno laboral más inclusivo, diverso y justo. ¡Con lo bien que íbamos con algunas! Las políticas de igualdad y diversidad no solo son una cuestión de justicia social, sino también una ventaja competitiva. No lo digo solo yo… quizás le dais mayor legitimidad a mis palabras si os digo que diversos estudios han demostrado que las empresas que fomentan la diversidad de género tienen mejores resultados en términos de innovación, toma de decisiones y, en última instancia, rentabilidad. Sí, señores y señoras, ser diverso, inclusivo y equitativo (no hace falta decir justo) es rentable.
Sin embargo, cuando las fuerzas regresivas empiezan a ganar terreno, las organizaciones que han apostado por la diversidad y la igualdad de género pueden encontrarse con resistencias internas, con el desafío de mantener sus políticas inclusivas frente a un entorno cada vez más polarizado. El temor a las represalias o la confrontación puede hacer que algunas empresas den un paso atrás, debilitando el progreso logrado hasta ese momento.
Desde Las ConSentidas, entendemos que los retrocesos no son solo un reto, sino una oportunidad para reafirmar nuestros compromisos. Como colectivo que promueve la inclusión, el empoderamiento de la mujer y el fortalecimiento de los derechos de la mujer, creemos que ahora más que nunca es necesario adoptar estrategias proactivas para proteger los avances en diversidad e igualdad de género.
El nuevo enfoque inclusivo de Las ConSentidas tiene mucho que ver con la necesidad de incluir a los hombres en la conversación sobre diversidad de género. Pero no sólo en la de la igualdad: creemos que los hombres no son solo parte del problema, sino una parte esencial de la solución. De la solución a muchos de los retos a los que como humanidad nos enfrentamos. Incluir a los hombres como aliados activos en la lucha por la igualdad de género y los otros 16ODS es crucial para generar cambios sostenibles en el mundo corporativo y social. En lugar de verlos como un "oponente" o un "observador", debemos alentarlos a ser defensores de la equidad dentro y fuera de las organizaciones, adoptando una postura activa en la creación de entornos inclusivos.
Las empresas pueden adoptar este enfoque, desarrollando programas que formen a los hombres sobre la importancia de la diversidad de género, las ventajas de tener mujeres en posiciones de liderazgo, y cómo sus habilidades emocionales, de resolución de conflictos y comunicación empática pueden contribuir a la mejora de los resultados de la organización. Este tipo de programas no solo protegen los derechos de las mujeres, sino que crean un entorno corporativo más sano y colaborativo, con una visión inclusiva que se traduce en mayor productividad e innovación.
Otro de los pilares de Las ConSentidas es la creación de espacios seguros donde las personas puedan compartir experiencias, reflexionar sobre sus desafíos y encontrar apoyo en su camino hacia la igualdad. Este tipo de espacios no solo son importantes para las mujeres, sino también para los hombres, quienes a menudo no tienen un espacio donde puedan expresar sus propias inquietudes sobre la igualdad de género y cómo puede transformar la sociedad y el ámbito laboral. Fomentar la apertura a la vulnerabilidad y el aprendizaje mutuo es clave para cambiar la narrativa en torno al género y generar una cultura de empoderamiento colectivo.
En el mundo corporativo, las empresas pueden adoptar este enfoque creando espacios de escucha y diálogo donde todos los empleados puedan hablar libremente sobre cuestiones de género, igualdad, diversidad e inclusión, y donde puedan recibir formación sobre estos temas de forma continua. La participación activa en estos espacios ayuda a las organizaciones a mantener sus compromisos y a impulsar la evolución cultural dentro de la empresa.
Uno de los aspectos más importantes para proteger y fortalecer los derechos conquistados es dar visibilidad a las mujeres líderes y sus contribuciones. Las mujeres no solo deben ser visibles en la base de la pirámide organizativa, sino también en los niveles más altos. Al fomentar la presencia de mujeres en puestos de liderazgo, las empresas envían un mensaje claro sobre su compromiso con la igualdad de género. La representación importa: cuando las mujeres tienen visibilidad y acceso a decisiones estratégicas, no solo sus derechos son protegidos, sino que se abren oportunidades para que otras mujeres sigan sus pasos.
Desde Las ConSentidas, entendemos que la visibilidad de las mujeres líderes no debe limitarse a un solo sector o industria. Debemos trabajar de manera conjunta para garantizar que las mujeres tengan voz en todas las áreas del mundo corporativo y en todos los niveles de toma de decisiones.
La empatía, una cualidad frecuentemente asociada al liderazgo femenino, es un valor fundamental para la gestión de la diversidad de género en el mundo corporativo. Las empresas deben reconocer el valor de la empatía en la resolución de conflictos, en la toma de decisiones inclusivas y en la creación de un entorno laboral más humano. Invertir en el desarrollo de habilidades emocionales y de comunicación no solo tiene un impacto positivo en el bienestar de los empleados, sino que fortalece el compromiso con los valores de inclusión y equidad dentro de la organización.
Los retrocesos que estamos viviendo en la lucha por la igualdad de género y la diversidad no deben desanimarnos, sino impulsarnos a redoblar esfuerzos. El papel del mundo corporativo es crucial para proteger los derechos conquistados y crear un entorno donde la diversidad no solo se acepte, sino que se valore.
Desde Las ConSentidas, estamos convencidas de que, con compromiso, empatía y trabajo conjunto, podemos hacer frente a los desafíos actuales y seguir avanzando hacia un futuro más justo e inclusivo para todos.
