En los últimos años, el voluntariado dentro de las empresas ha experimentado un notable crecimiento, tanto en Brasil como a nivel mundial. Cada vez más, las compañías comprenden el valor diferencial de fomentar el trabajo voluntario entre sus empleados.
Volvamos a la palabra resaltada, fomentar, que según el diccionario significa: "dar aliento a; para despertar el espíritu, el interés, el orgullo de; animar, estimular, incitar". O incluso "esforzarse para que (algo) sea creado, realizado o intensificado; impulsar, promover". Este es precisamente el papel de las empresas: promover el voluntariado entre sus empleados. Si solo hicieran esto, el resultado sería muy positivo.
Sin embargo, muchas empresas han decidido ir más allá, creando programas de voluntariado y, en algunos casos, incluso estableciendo instituciones sociales dedicadas a este fin. Esta inmersión es admirable, pero requiere una mirada aguda a las características del trabajo desarrollado. Como mencioné al principio, el papel de estímulo es mucho más interesante que el de director.
En su afán por hacer más y, en algunos casos, competir con sus pares, algunas empresas promueven acciones y programas que no siempre responden a las necesidades reales de la sociedad, sino a un deseo interno de actuar. Las asociaciones con organizaciones de la sociedad civil (OSC) son, en mi opinión, mucho más importantes y estratégicas, ya que estas últimas están en contacto directo con las necesidades de la comunidad local.
Este no es un llamado de atención a las empresas, sino una invitación a la concienciación y la estrategia para fomentar la cultura del voluntariado. Necesitamos más estímulos que oportunidades, porque estas ya existen, pero requieren incentivos para crecer y manifestarse.
El voluntariado necesita una visión renovada como herramienta para innovar y preparar a las personas para un mundo cada vez más diverso y complejo. Representa la simplicidad dentro de la complejidad, la paz en medio de la guerra, el salvador en la tragedia, el preparador en las dificultades y el humanizador en una era de tecnología exacerbada.
El voluntariado no solo fortalece la cultura corporativa, sino que también incide directamente en el éxito empresarial. Al fomentar una cultura de voluntariado, las empresas pueden mejorar significativamente el compromiso y la satisfacción de sus empleados. Los empleados que participan en actividades de voluntariado suelen sentirse más valorados y motivados, lo que a su vez aumenta su lealtad y retención en la empresa.
Además, el voluntariado corporativo puede mejorar la reputación de la empresa. Las compañías que se involucran activamente en la comunidad y demuestran un compromiso con causas sociales ganan una mejor percepción pública, lo que puede atraer tanto a clientes como a nuevos talentos. Este impacto positivo en la imagen de la empresa puede traducirse en un incremento en la fidelidad de los clientes y una ventaja competitiva en el mercado.
El voluntariado también fomenta el desarrollo de habilidades entre los empleados. A través del voluntariado, los empleados pueden adquirir y mejorar habilidades como liderazgo, trabajo en equipo, resolución de problemas y comunicación. Estas habilidades son transferibles al entorno laboral y pueden mejorar el desempeño general de la empresa.
Por último, el voluntariado puede abrir nuevas oportunidades de negocio. Al trabajar en colaboración con organizaciones de la sociedad civil y otras entidades, las empresas pueden identificar nuevas necesidades del mercado y desarrollar productos o servicios innovadores que respondan a estas demandas. Esta colaboración puede ser una fuente de inspiración y creatividad que impulsa el crecimiento y la innovación empresarial.
