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Casi 900 millones de personas en el mundo viven en pobreza extrema y expuestas al mismo tiempo a riesgos climáticos como olas de calor, contaminación, inundaciones o sequías. Según un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la emergencia climática está transformando la pobreza en una crisis de derechos humanos que exige respuestas urgentes e integrales.
La crisis climática profundiza la pobreza global

El cambio climático no solo amenaza al planeta, sino también la dignidad, la salud y el derecho a la vida de millones de personas. Un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), elaborado junto con la Universidad de Oxford, revela que el 80% de las personas más pobres del planeta —unos 887 millones— viven en zonas directamente expuestas a múltiples riesgos climáticos.

Según informa Noticias ONU, el documento, presentado antes de la próxima cumbre climática COP30 que se celebrará en Belén (Brasil), marca un punto de inflexión en la forma de entender la pobreza: ya no como un problema exclusivamente económico, sino como una realidad agravada por la crisis climática y ambiental. “La pobreza ya no es un problema socioeconómico aislado: está vinculada a los efectos cada vez más dramáticos de la emergencia climática”, señaló Haoliang Xu, administrador interino del PNUD.

El estudio combina por primera vez datos sobre pobreza multidimensional —que miden salud, educación y nivel de vida— con información sobre exposición a fenómenos climáticos extremos. El resultado es alarmante: 1.100 millones de personas viven en pobreza multidimensional, y de ellas, 887 millones están expuestas al menos a un riesgo climático.

De hecho, 651 millones enfrentan dos o más crisis ambientales simultáneamente, y más de 300 millones viven en territorios azotados por tres o cuatro fenómenos al mismo tiempo, entre ellos el calor extremo, la contaminación del aire, las sequías y las inundaciones.

Desigualdad climática: las regiones más vulnerables

Asia meridional y África subsahariana concentran la mayor parte de esta doble vulnerabilidad. Solo en Asia meridional, el 99% de las personas en situación de pobreza se enfrenta a al menos un riesgo climático, mientras que en África subsahariana la cifra asciende a 344 millones de personas.

Sabina Alkire, directora de la Iniciativa de Oxford sobre Pobreza y Desarrollo Humano, destacó que “los países de renta media son un epicentro oculto de la pobreza multidimensional”, ya que albergan a casi dos tercios de la población pobre mundial y son también los más expuestos a la crisis climática.

Más pobreza, más calor: el informe del Índice de Pobreza Multidimensional Global advierte además que los países más empobrecidos serán los que experimenten los mayores aumentos de temperatura hacia finales de siglo, lo que agravará aún más las desigualdades y la vulneración de derechos fundamentales como la alimentación, la salud, la vivienda o el acceso al agua.

Por ello, el PNUD hace un llamado a alinear las políticas de reducción de la pobreza con las estrategias de mitigación y adaptación climática, integrando también la restauración de los ecosistemas. “Abordar cuestiones tan complejas requiere soluciones holísticas, intersectoriales y con financiamiento adecuado”, subrayó Xu, quien insistió en la necesidad de actuar “con urgencia y esperanza” de cara a la COP30.

La advertencia del PNUD es clara: la crisis climática no solo está calentando el planeta, también está profundizando las desigualdades y poniendo en riesgo los derechos humanos más básicos. Afrontarla requiere una transformación global que ponga en el centro la justicia social, la equidad y la sostenibilidad.

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