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Pensando en azul: la importancia de los océanos en la economía global

Los océanos desempeñan un papel crucial en la economía global, no solo por ser una fuente directa de recursos, sino también por su potencial para la innovación y el crecimiento sostenible. Es crucial velar por el progreso de la economía azul, centrada en el uso sostenible de los océanos para el crecimiento económico, la mejora de los medios de vida y el empleo, al tiempo que se asegura la salud del ecosistema marino.

Los océanos producen la mitad del aire que respiramos, a la vez que nos proporcionan una fuente vital de recursos naturales, teniendo como ejemplos más claros la pesca y la acuicultura, pero también albergando minerales que son explotados para diversas industrias, y un gran potencial para la generación de energía renovable. La eólica marina o la energía de las olas y las mareas son tecnologías emergentes que podrían contribuir significativamente a la transición energética.

Además, el transporte marítimo es la columna vertebral del comercio internacional. Más del 80% del comercio global se realiza por mar, lo que convierte a los océanos en una infraestructura esencial para la economía mundial. Las rutas marítimas facilitan el transporte de bienes y materias primas a nivel internacional, reduciendo costes y tiempos de entrega.

Así mismo, los océanos son un importante campo de investigación científica. La exploración de la biodiversidad marina ha llevado al descubrimiento de nuevos compuestos y organismos con aplicaciones en medicina, biotecnología y farmacología. La bioprospección marina puede conducir a innovaciones que beneficien a la salud humana y la tecnología.

El turismo relacionado con los océanos también es fuente de riqueza, pero este debe ser realizado de manera sostenible, para que, por la propia definición de sostenibilidad, pueda perdurar en el tiempo, además de no afectar al resto de beneficios que nos aportan los océanos.

Finalmente, los ecosistemas marinos nos ayudan a combatir el cambio climático, al capturar el 30% del dióxido de carbono producido por el hombre. Ese carbono absorbido por los océanos tiene la contrapartida de que acidifica el agua, lo cual es un grave problema para las especies y ecosistemas subacuáticos.

De ahí que sea tan importante protegerlos, para lo que han sido clave la aprobación del Tratado Global de los Océanos o su inclusión en la meta 30x30 del Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, que busca proteger el 30% de los océanos a nivel mundial, además de la tierra y del agua dulce.

Por tanto, pensar en azul es reconocer la importancia de los mares y los océanos como motores de la economía. Y que su potencial para la innovación y el crecimiento sostenible ofrece numerosas oportunidades para el desarrollo económico global. Pero para pensar en azul es crucial entender que estas oportunidades tienen que aprovecharse de manera sostenible para preservar los ecosistemas marinos y asegurar que las futuras generaciones también puedan beneficiarse de estos recursos. La protección y el uso responsable de los océanos son esenciales para una economía mundial saludable y resiliente.

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