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Un nuevo informe de Oxfam Intermón alerta de que los estilos de vida de los ultrarricos están agotando el presupuesto de carbono mundial y profundizando la desigualdad climática. En España, la huella de carbono del 0,1% con mayores ingresos equivale a 55 veces la de la mitad con menores recursos.
El 0,1% más rico contamina en un día lo que la mitad más pobre en todo un año

La brecha climática entre ricos y pobres es cada vez más abismal. Según el último informe de Oxfam Intermón, titulado El saqueo climático: cómo unos pocos poderosos están llevando al mundo al desastre, una persona perteneciente al 0,1% más rico del planeta genera más emisiones de carbono en un solo día que alguien del 50% más pobre durante todo un año. Desde 1990, este grupo privilegiado ha incrementado su cuota de emisiones un 32%, mientras que la mitad más desfavorecida de la población mundial la ha reducido en un 3%.

El estudio advierte que, si toda la humanidad emitiera CO₂ al ritmo del 0,1% más rico, el presupuesto de carbono disponible se agotaría en menos de tres semanas. Para evitar un aumento de la temperatura global por encima de los 1,5 °C, los ultrarricos tendrían que reducir su huella de carbono en un 99% antes de 2030.

En España, el patrón se repite: una persona del 0,1% con mayores ingresos contamina 55 veces más que alguien del 50% con menores rentas. Para alcanzar niveles sostenibles, este grupo debería disminuir sus emisiones en un 99,4% en los próximos cinco años.

Desigualdad climática y vulnerabilidad

El informe recuerda que hace un año la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) mostró con crudeza las consecuencias desiguales de la crisis climática. Los hogares con menos recursos, las mujeres, las personas mayores y las comunidades migrantes fueron los más afectados por los daños, con una recuperación mucho más lenta y menor apoyo institucional.

En España, las inundaciones son el desastre climático más costoso, con 800 millones de euros anuales en pérdidas. Más de un millón de viviendas se encuentran en zonas de riesgo fluvial o marítimo, sobre todo en la costa mediterránea. Además, el 81% de los hogares ubicados en áreas de alto riesgo tiene una renta media inferior a los 40.000 euros anuales. “La DANA fue una muestra de cómo la crisis climática se entrelaza con la desigualdad. España está entre los países más expuestos de Europa”, subraya Lourdes Benavides, responsable de Justicia Climática de Oxfam Intermón.

El poder y la influencia del 1%

El documento también pone el foco en la influencia política y económica desproporcionada que ejercen las grandes fortunas y las corporaciones más contaminantes. En la pasada COP29, se acreditaron 1.773 lobistas del carbón, el petróleo y el gas, más que la suma de los representantes de los diez países más vulnerables al cambio climático. Según Oxfam Intermón, los intereses de estos grupos suelen ralentizar o debilitar las leyes climáticas en países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia o Alemania.

“El poder de los superricos no solo contamina el planeta, también contamina la política. Es urgente gravar su riqueza extrema y limitar su capacidad de influir en las negociaciones internacionales”, reclama Benavides.

Consecuencias globales y propuestas

Las emisiones del 1% más rico podrían causar 1,3 millones de muertes por calor a finales de siglo y 44 billones de dólares en daños económicos en países de ingresos bajos y medios-bajos antes de 2050. Los impactos recaerán, una vez más, sobre quienes menos han contribuido a la crisis: mujeres, niñas y comunidades indígenas del Sur Global.

Con la COP30 a celebrarse en Belém (Brasil), que marcará el décimo aniversario del Acuerdo de París, Oxfam Intermón reclama una transformación profunda del sistema económico y una justicia climática real. Entre sus propuestas destacan:

  • Impuestos climáticos a los más ricos, incluyendo tasas sobre la riqueza extrema y los beneficios excesivos de las empresas de combustibles fósiles. Un impuesto global del 60% sobre los ingresos del 1% más rico podría reducir emisiones equivalentes a las del Reino Unido y generar 6,4 billones de dólares.
  • Prohibir la participación de las empresas de combustibles fósiles en las COP y regular su influencia económica y política.
  • Reforzar la voz de la sociedad civil y de los pueblos indígenas en las negociaciones internacionales.
  • Adoptar un reparto justo del presupuesto climático restante, con compromisos proporcionales a la responsabilidad histórica y a la capacidad de acción de cada país.
  • Avanzar hacia una economía equitativa y sostenible, que priorice a las personas y al planeta por encima de los intereses privados.

“El cambio climático no es solo una cuestión ambiental, sino también de justicia y de poder”, concluye Oxfam Intermón en su informe. “Para evitar un desastre climático, debemos transformar las estructuras que permiten que unos pocos se beneficien a costa de todos los demás”.

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