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La Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) ha publicado su informe más completo sobre el estado del medio ambiente en 2025. El documento confirma progresos en reducción de emisiones y mejora de la calidad del aire, pero advierte que la degradación de la biodiversidad, la presión sobre los recursos hídricos y los impactos del cambio climático ponen en riesgo la prosperidad y la calidad de vida en Europa.
Europa, entre logros climáticos y pérdida de naturaleza

El último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), Europe’s environment 2025, pinta un panorama complejo: aunque la Unión Europea ha logrado disminuir de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero, duplicar la cuota de energías renovables desde 2005 e impulsar el reciclaje y la eficiencia en el uso de recursos, el balance global es preocupante. Según el organismo, la naturaleza europea continúa sufriendo una grave degradación, pérdida de biodiversidad y sobreexplotación de sus ecosistemas.

El documento, elaborado con datos de 38 países y la colaboración de la red científica Eionet, recuerda que Europa es el continente que más rápido se calienta en todo el planeta. Este fenómeno intensifica los desastres climáticos y amenaza la seguridad, la salud pública, las infraestructuras y la economía. Aun con los esfuerzos de mitigación, la EEA subraya la necesidad de acelerar la adaptación para garantizar que nadie quede atrás en la transición.

Biodiversidad y agua bajo presión

La EEA advierte que la pérdida de biodiversidad afecta a ecosistemas terrestres, de agua dulce y marinos debido a patrones de producción y consumo insostenibles, especialmente en el sistema alimentario. El organismo prevé que la situación empeorará y que los objetivos políticos fijados para 2030 difícilmente se cumplirán.

Otro punto crítico son los recursos hídricos: uno de cada tres europeos vive en zonas sometidas a estrés hídrico. Mantener ecosistemas acuáticos saludables, proteger cuencas y garantizar la recarga de acuíferos son condiciones imprescindibles para asegurar la resiliencia hídrica futura.

Transformación urgente

El informe remarca que la competitividad europea depende de su capital natural. Para alcanzar la neutralidad climática en 2050, será necesario un cambio profundo en los sistemas de producción y consumo: avanzar hacia la economía circular, reducir la contaminación, restaurar hábitats con soluciones basadas en la naturaleza y descarbonizar sectores clave como el transporte y la agricultura.

Asimismo, la EEA señala que aumentar la circularidad disminuiría la dependencia de materias primas y energía importadas, al tiempo que impulsaría la innovación verde en sectores industriales de difícil descarbonización como el acero o el cemento.

El documento sitúa el Pacto Verde Europeo como la hoja de ruta más clara para responder a estos desafíos y pide intensificar la aplicación de las políticas ya acordadas. Innovación, descarbonización y seguridad son, según la Comisión Europea, los pilares para una economía competitiva y sostenible.

La EEA publica cada cinco años su informe sobre el estado del medio ambiente en Europa, y este séptimo volumen desde 1995 vuelve a recordar que solo mediante la restauración de la naturaleza será posible mantener una economía fuerte y una vida digna para la ciudadanía europea.

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