Las olas de calor son períodos prolongados de temperaturas extremadamente altas que superan el promedio normal para una determinada región durante una temporada específica. Estas condiciones climáticas pueden presentarse en cualquier parte del mundo y suelen estar asociadas con sistemas de alta presión que atrapan el calor en una determinada área.
Junio ha sido registrado como el sexto mes del año más caluroso desde que existen registros. Junio de 2023 quedará en los anales de la historia marcando 0,5 °C por encima del promedio del periodo 1991-2020, y superando el anterior récord de junio de 2019, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea, que colabora con la OMM.
Como resultado del cambio climático, las temperaturas de la superficie del mar llegan a niveles sin precedentes. Se prevé que El Niño agudice el calor, produciendo temperaturas extremas, alerta la agencia meteorológica mundial. Por otra parte, los países acuerdan disminuir las emisiones de sus buques. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó este viernes que el recién terminado mes de junio fue el más caluroso desde que se llevan registros, con temperaturas superficiales del mar sin precedentes y una disminución récord del hielo marino antártico.
El cambio climático es cada vez más palpable. La agencia meteorológica de la ONU citó cambios de gran alcance en el sistema de la Tierra como resultado del cambio climático inducido por el hombre, y afirmó que las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico Norte alcanza niveles “fuera de serie”. El calor batió otra marca este 4 de julio, cuando el promedio mundial de temperatura fue de 17,03 °C.
El escenario es preocupante y desde las diferentes agencias internacionales alertaron sobre la necesidad urgente de tomar medidas. La directora de Servicios Climáticos de la OMM explicó que el calor excepcional de junio y principios de julio se produjo al comienzo del desarrollo de El Niño, y alertó de que se espera que ese fenómeno “alimente aún más el calor tanto en la tierra como en los océanos y conduzca a temperaturas más extremas y olas de calor marinas”. “Estamos en un territorio desconocido y podemos esperar que caigan más récords a medida que El Niño se desarrolla más, y estos impactos se extenderán hasta 2024. Es una noticia preocupante para el planeta”, dijo Chris Hewitt.
El calor en el Atlántico Norte es causado por una combinación de circulación anómala a corto plazo en la atmósfera y cambios a largo plazo en el océano y no está ligado a El Niño, que se desarrolla en el Pacífico tropical.
En este sentido, la OMM destacó igualmente que en junio el hielo marino antártico llegó a su nivel más bajo desde que comenzaron las observaciones satelitales, un 17 % por debajo del promedio, rompiendo el récord anterior de junio por un margen sustancial. A lo largo del mes, la extensión diaria del hielo marino antártico se mantuvo en valores bajos sin precedentes para la época del año.
En gran parte de América del Norte, junio fue más seco que el promedio, propiciando incendios forestales graves. Asimismo, fue el sexto mes del año más seco en Rusia, el Cuerno de África, la mayor parte del sur de África, América del Sur y algunas regiones de Australia.
En contraste, fue más húmedo que el promedio en la mayor parte del sur de Europa, el oeste de Islandia y el noroeste de Rusia, con fuertes precipitaciones que provocaron inundaciones. Se establecieron condiciones más secas que el promedio en una gran franja de oeste a este en Europa central y oriental y Escandinavia, así como en la costa occidental del Mar Negro.
Finalmente, cabe destacar que las regiones extratropicales más húmedas que el promedio incluyeron el oeste de América del Norte, regiones del suroeste de Asia, Japón, Sudáfrica, Brasil, Chile, Nueva Zelanda y una gran región de Australia; Japón y Pakistán fueron azotados por el tifón Mawar y el ciclón Biparjoy, respectivamente.