Para empezar, me gustaría comentar que en nuestros estudios sobre reputación de países, México ocupa una posición media-baja en comparación con otras naciones. En cualquier caso, es bastante mejor la percepción que de México tenemos los europeos, que la que tienen en Asia o Estados Unidos. Como también sucede con las empresas, las crisis hacen más daño a las percepciones de los países que parten de un menor índice de admiración y confianza (reputación). Esto hace referencia a esa frase que solemos decir: "la buena reputación es un escudo ante las crisis", pues se concede el beneficio de la duda a quien con buena reputación sufre una crisis. En este caso, no creo que México reciba el beneficio de la duda por parte de los observadores foráneos.
La reputación de un país se explica mediante las percepciones que existen sobre distintas variables, algunas de ellas naturales o culturales, otras económicas, otras políticas o sociales y otras relacionadas con los productos y servicios que ofrece el país. En Reputation Institute hemos desarrollado modelos para explicarla basados en investigación de mercado. En concreto, en el caso de México, y según nuestros estudios internacionales, destaca de forma muy positiva su atractivo natural así como las posibilidades de ocio y cultura que ofrece. Sin embargo las percepciones en materias económicas, sociales y políticas son bastante negativas.
¿Cómo puede afectar a la reputación de México la epidemia de la "nueva gripe"? En primer lugar me gustaría separar las repercusiones de una crisis coyuntural de un efecto en la reputación del país. Una desgracia como el terremoto acaecido en Italia hace unas semanas no tiene porqué repercutir de manera importante en la reputación del país, aunque sí afectar a determinadas percepciones.
Si apartamos el efecto coyuntural que la epidemia está teniendo estos días (cancelación de viajes, etc.), sí podrían afectar de manera más estructural a la reputación del país percepciones negativas sobre variables que construyen la admiración y respeto hacia una nación. Por ejemplo, el hecho de que el sistema sanitario del país pueda haber sido juzgado como deficiente al no haber podido controlar el brote, o el hecho de que determinadas malas condiciones higiénicas hayan sido condicionantes de la rápida expansión de la enfermedad son factores que podrían ser interpretados en otros países como una mala cobertura social. El atractivo social es una de las palancas de la reputación de un país, por lo que si su percepción empeora, también empeora la admiración y respeto hacia ese país. Algo parecido podría suceder también, aunque en menor medida, con el atractivo económico (ambiente favorable para desarrollar negocios), pues esta crisis podría ser interpretada como una falta de infraestructuras en el país.
En posteriores entradas me ocuparé más en detalle de nuestros estudios sobre la reputación de los países y en concreto sobre la reputación de España.