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La contaminación por plásticos no es una moda de Instagram ni una campaña con hashtags bonitos: es una crisis sistémica que estamos financiando con cada botella que compramos, cada envoltorio que desechamos y cada excusa que usamos. Frente a este tsunami de residuos, no basta con buenas intenciones ni lavados de cara. Hace falta liderazgo. Del real. Del que incomoda, transforma y da resultados.

Desde mi experiencia acompañando a líderes y organizaciones en América Latina y Europa en su transición hacia modelos sostenibles, propongo tres transformaciones esenciales. Y no, no estamos hablando de utopías: ya está ocurriendo. Sólo que no siempre sale en la tele.

 1. SOCIAL: Reeducarnos o repetir el curso como especie

La sostenibilidad no empieza en el supermercado, empieza en la cabeza. Y se instala con educación emocional, valores y pensamiento crítico. Como docente en Next Educación y mentora de líderes, lo veo cada día: sin una narrativa que conecte con la emoción, seguiremos “reciclando culpa” en lugar de cambiar conductas.

 Ejemplo en España:
El proyecto “Escoles + Sostenibles” del Ayuntamiento de Barcelona involucra a más de 350 centros educativos que trabajan en red para reducir residuos, repensar el consumo y empoderar a estudiantes como agentes de cambio. Esto sí es educar para la acción, no solo hacer manualidades con botellas.

Y por cierto: si necesitas usar cinco palabras para justificar por qué sigues usando botellas de plástico... probablemente no necesitas agua, sino una conversación incómoda contigo mismo.

 2. ECONÓMICA: De la economía circular al sentido común

La economía circular no es un PowerPoint con flechitas: es rediseñar el sistema para que generar basura no sea rentable. Lo que necesitamos son empresas que se enamoren de la innovación y se divorcien del plástico.

Ejemplos que inspiran en España:

  • AUARA, una empresa social que vende agua embotellada en plástico 100% reciclado y reinvierte sus beneficios en llevar agua potable a zonas vulnerables. ¿Ves? Se puede vender agua... y tener conciencia.
  • Too Good To Go, con base en Madrid, evita que toneladas de comida terminen en la basura cada día. ¿Y si aplicáramos el mismo enfoque a los envases?

Y sí, ya sé lo que estás pensando: “¿Y las grandes?”. Pues hasta Coca-Cola España está probando botellas sin etiqueta y reutilizables en algunos circuitos cerrados. Cuando hasta los gigantes empiezan a moverse, tú no puedes seguir diciendo “es que yo soy solo una pyme”.

 3. POLÍTICA: Si no hay ley, hay plástico (y lobby)

La sostenibilidad sin regulación es como un coche sin frenos: tarde o temprano, choca. Necesitamos leyes con dientes, no con prótesis. No se trata de demonizar al plástico, sino de limitar su uso a lo estrictamente necesario y hacer que quien contamina, pague (de verdad).

Ejemplo real en España:

  • Desde 2023, España aplica la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que incluye un impuesto a los envases plásticos no reutilizables. ¿Es suficiente? No. ¿Es un comienzo? Sí.
  • Además, Euskadi y Cataluña ya están trabajando planes específicos para la economía circular y la reducción de residuos plásticos a nivel territorial.

Lo provocador aquí no es la norma, sino el hecho de que aún haya empresas que sigan operando como si esta ley fuera opcional o un problema del departamento de RSC.

 ¿Y desde el liderazgo? Sin excusas ni maquillaje verde

En FILO LEADERSHIP, hemos trabajado con más de 100 empresas que decidieron pasar del discurso a la acción. Desde rediseñar sus productos, hasta medir su impacto real con indicadores ESG (¡sí, de esos que te obligan a mirar lo incómodo!). Porque el liderazgo sostenible no es una pose de LinkedIn, es una forma de estar en el mundo.

¿Tradición? La única que vale es la de evolucionar.
¿Innovación? No es solo para las startups techies: también es para la ferretería de tu barrio que empezó a vender productos a granel y para la empresa de logística que rediseñó su packaging.
¿Compromiso? El que se demuestra con acciones, no con slogans.

El futuro no se recicla. Se diseña.

No queremos un mundo “menos contaminado”, queremos un mundo #SinContaminaciónPorPlásticos. Y no por moralismo, sino por pura inteligencia de supervivencia.

Porque si no lo hacemos por las tortugas, hagámoslo al menos por nuestros pulmones, nuestra economía y el sentido común que tanto escasea.

Así que: líder, ciudadano, empresa o gobierno... el cambio no se espera. Se lidera.

En este artículo se habla de:
Opinión#medioambiente2025

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