Sin embargo, su implementación presenta retos significativos, especialmente en relación con los puntos de datos que las empresas deben divulgar. El uso de la Guía de Implementación 3 (IG 3), publicada por el EFRAG, ha sido clave en este sentido, pero también ha evidenciado las dificultades y las áreas de mejora en el proceso.
El análisis de las brechas: un paso necesario, pero complejo
Uno de los usos principales de la guía de implementación IG 3.- Lista de puntos de datos ha sido para realizar análisis de brechas entre las prácticas de reporte que se han venido realizando y los nuevos requerimientos informativos de las NEIS.
De acuerdo con un estudio publicado por el EFRAG el pasado mes de julio, sobre las prácticas de implementación de las NEIS, aproximadamente el 95% de las grandes empresas cotizadas seleccionadas para el estudio han adoptado el correspondiente análisis de brechas. Este análisis permite identificar las áreas donde la información que ya se reportaba no cumple con los requisitos de las nuevas normas, y ha sido una herramienta útil para equilibrar la relevancia de los datos y el esfuerzo que implica su recopilación.
Sin embargo, este proceso ha revelado también las dificultades que enfrentan muchas de estas empresas al integrar los nuevos puntos de datos en sus sistemas de información, especialmente en lo que respecta a la disponibilidad y la calidad de los datos.
El hecho de que un 80% de las empresas cotizadas seleccionadas haya reportado dificultades para gestionar los datos muestra que aún queda mucho camino por recorrer en términos de eficiencia en el reporte. A pesar de los avances, la complejidad de las NEIS y la magnitud de los datos exigidos sobre sostenibilidad plantean un desafío considerable.
La necesidad de priorizar: aprovechando los mecanismos de flexibilidad
En respuesta a estas dificultades, muchas empresas han optado por enfocarse primero en los puntos de datos obligatorios, tales como los requisitos de divulgación de la NEIS 2 y aquellos de las NEIS temáticas relacionados con el IRO-1, así como los puntos de datos materiales resultantes de la evaluación de doble materialidad. En este sentido, el 75% de las grandes empresas seleccionadas ha aprovechado la opción de aplicar de manera escalonada los puntos de datos para concentrarse en las prioridades a corto plazo. Esta estrategia de introducción paulatina permite a las organizaciones ajustar su capacidad de reporte a la complejidad de los nuevos requerimientos sin comprometer la calidad o el alcance de la información sobre sostenibilidad a largo plazo.
No obstante, también se evidencia un reto en la comprensión y aplicación del concepto de "materialidad de la información". Solo el 40% de las empresas cotizadas ha aprovechado este concepto, lo que sugiere que aún no está completamente claro para muchos actores cómo determinar qué información es material en el contexto de los informes de sostenibilidad. Esto resalta la necesidad de una mayor formación y orientación sobre cómo aplicar adecuadamente este principio en la práctica.
La opción voluntaria: el camino hacia la transparencia total
Por otro lado, un 10% de las grandes empresas seleccionadas ha optado por ir más allá de lo exigido, reportando voluntariamente puntos de datos adicionales sobre aquellos temas que consideran materiales. Este enfoque es una clara señal de compromiso con la transparencia total y la sostenibilidad. Otro 10% ha continuado reportando puntos de datos voluntarios que ya formaban parte de sus informes previos, lo que demuestra que algunas organizaciones están preparadas para afrontar estos desafíos sin una restructuración significativa.
Si bien este nivel de voluntariedad es relativamente bajo, es posible que con el tiempo más empresas sigan este camino, impulsadas por una combinación de presión normativa, expectativas de los inversores y la necesidad de reforzar su reputación en términos de sostenibilidad.
La implementación de las Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad es un proceso complejo, que plantea importantes desafíos para las empresas, especialmente en la gestión de los datos necesarios para cumplir con los nuevos requerimientos. A pesar de la utilidad de herramientas como la guía de implementación IG 3, los datos revelan que la mayoría de las empresas enfrenta dificultades significativas en términos de la recopilación, gestión y reporte de la información sobre sostenibilidad.
En este contexto, las estrategias de priorización, como el uso de la introducción paulatina de los puntos de datos y la aplicación del concepto de materialidad, se han vuelto esenciales. Sin embargo, es necesario un mayor apoyo y formación para que las empresas comprendan plenamente estos mecanismos y los apliquen de manera efectiva. Solo entonces se podrá alcanzar el objetivo de una transición más fluida hacia un modelo económico más sostenible, en el que la información sobre sostenibilidad sea transparente, consistente y accesible para todos los actores involucrados.