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Junio es el mes en el que los profesionales de la captación de fondos nos reunimos en el Congreso de Fundraising, que este año suma ya 22 ediciones. Comenzó a celebrarse en 1999, dos años después del nacimiento de la Asociación Española de Fundraising (AEFr), porque nos dimos cuenta de que esta profesión, no tan avanzada en nuestro país por aquella época, necesitaba un espacio para compartir los aprendizajes, experiencias y conocimientos que cada uno de nosotros íbamos adquiriendo en nuestras organizaciones.
El valor del fundraising

Para la XXII edición que se celebra este año, al igual que en las anteriores, las 500 entradas para profesionales se han agotado con un mes de antelación. Esto es una señal de que el sector de la captación de fondos cada vez es más relevante y está cada vez más profesionalizado. Y los que se dedican a él necesitan conocer qué están haciendo otras organizaciones del Tercer Sector y qué medidas y estrategias utilizan, para así poder utilizar esas enseñanzas y casos de éxito para mejorar sus prácticas.

Los ‘fundraisers’ -anglicismo que hemos adoptado en España- somos aquellos profesionales de la captación de fondos que contribuimos a hacer sostenibles económicamente las Entidades No Lucrativas (ENL) para las que trabajamos. Porque aunque, como su nombre indica, no buscan obtener beneficios, sí necesitan obtener los ingresos necesarios para financiar los proyectos que desarrollan y garantizar el futuro de estas ENL.

Para muchas Organizaciones No Gubernamentales (ONG), las cuotas mensuales de los socios o las donaciones puntuales pueden suponer la mayor parte de sus ingresos, aunque esto depende de la realidad de cada entidad. Por ejemplo, el 62% de los ingresos de UNICEF en 2022 provino de las cuotas de los socios, un 10,5% de las administraciones públicas y un 27,4% de otros ingresos privados o de financiación internacional. En el caso de Aldea Infantiles SOS, las aportaciones de socios, donantes, padrinos y empresas supusieron el 75,2% del total sus ingresos, y las subvenciones concedidas por diferentes administraciones públicas, el 24,8% restante. Y si nos fijamos en la Fundación Pasqual Maragall, el 57% de los ingresos precedió en 2022 de mecenas, socios y donantes (10.286.154€) y el 40% de proyectos de investigación (7.350.681€).

Esta representatividad también se traslada a las ONG medianas, de las que podemos citar ejemplos como Casa Caridad Valencia, el 63% de cuyos ingresos en 2022 procedieron de socios, donantes, empresas o legados; o Amigos de los Mayores, en cuyo caso esta vía supuso dos tercios de sus ingresos totales, y el tercio restante llegó por colaboraciones con las administraciones públicas.

La buena noticia es que la sociedad española se compromete cada vez más con las causas sociales, como refleja el estudio ‘La Realidad del Socio y Donante 2023’. La colaboración de los españoles con las ENL se consolida, y ha aumentado en más de 4 euros entre 2020 y 2022, pasando de una media de 144,64 a 149 euros anuales. Si echamos la vista atrás, en relación a la primera edición del estudio, que se realizó en 2012, la cuota anual media ha crecido en más de 20 euros. Este crecimiento y consolidación se debe en gran medida a la mayor profesionalización de las ONG y su adaptación a la coyuntura económica, pero también a la fidelización que establecen con los socios y donantes y al mayor compromiso ciudadano.

En el XXII Congreso de Fundraising abordaremos las principales tendencias del sector, como son la innovación en la construcción de las campañas de fundraising, el empleo de la tecnología y la Inteligencia Artificial, la importancia de la comunicación y las redes sociales para la retención y captación de socios y donantes, o cómo conectar con las nuevas generaciones, que es uno de los grandes desafíos a los que nos enfrentamos. El programa está confeccionado siguiendo nuestros objetivos como asociación, que no son otros que promover la práctica ética y eficaz del fundraising, fomentar la colaboración entre los diferentes agentes del sector y buscar la excelencia para ser mejores profesionales.

La sensación general que se percibe al finalizar cada año este congreso es que los profesionales asistentes hubieran deseado disponer de más días para ampliar conocimientos y compartir experiencias. Pero tras asimilar lo aprendido, lo que quieren es poder implementarlo en sus organizaciones para seguir dando sentido a su actividad y poner en valor la importancia que tiene el fundraising en nuestra sociedad.

Lo más importante es que vemos cómo la sociedad española está cada vez más comprometida con el Tercer Sector como catalizador de la transformación global, gracias al trabajo diario de los ‘fundraisers’, que cuidan las relaciones con los socios y los donantes, ya sean individuales o empresas, generando una conexión mayor con las causas que defienden.

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