Hay muchas brechas de género y todas tienen una urgencia inminente pero también es evidente que el poder llegar al objetivo de la igualdad de género es un camino largo. Un cambio cultural de esta magnitud, requiere mucho esfuerzo por parte de la sociedad y también un empuje por parte de los/as políticos/as para que este cambio esté siempre acompañado por la legislación.
Si se promueve todo este esfuerzo y las leyes lo permiten, podemos empezar a educar desde bien pequeños en todas estas cuestiones para que sea tangible este cambio estructural.
De todas formas, si tuviera que mencionar una desigualdad, destacaría la brecha que hay en el ámbito laboral. Creo que esta brecha se debe a que socialmente asignamos el rol de los cuidados a las mujeres y esto hace que ellas limiten parte de su tiempo a las tareas domésticas, a los cuidados de los propios familiares… etc., e impide que haya un crecimiento profesional al mismo nivel que al del género masculino.
Esta brecha repercute directamente a la contratación por parte de los empresarios y empresarias o incluso a la hora de estar presentes en puestos de responsabilidad y con lo que esto conlleva que es no tener un rol activo en la toma de decisiones. Aunque es verdad, que poco a poco la sociedad está más concienciada de este hecho pero falta el salto hacia la transformación en igualdad real.