Acudimos un año más a la cita del Día Internacional de la Mujer, porque aunque en realidad todos los días son su día, seguimos necesitando una fecha especial que convoque la atención de la situación de las mujeres en nuestra realidad actual. Sabemos que la capacidad, talento y sensibilidad femenina es más que nunca relevante para aportar una visión que equilibre nuestro sistema de vida, ya que está comprobado que, en general, las mujeres tienen un mayor nivel de preocupación por los temas ambientales, sociales y económicos, y por lo tanto buscan la transformación.
El papel de las mujeres hoy representa el potencial para cuidar y proteger lo relevante para la Vida, sea esto el cuidado de las personas, de la naturaleza, la atención a la belleza, a la equidad o la creatividad. Por supuesto, estos dones no son únicos de las mujeres pero sí de lo femenino, como fuerza que está presente también en los hombres y en cualquier opción de género que cada quien pueda asumir. Y cuando esta fuerza se activa, se comprueba que se genera otro tipo de liderazgo a cualquier nivel, ya sea personal, familiar, profesional…
Nos referimos a un modelo de estar en el mundo que supone el compromiso con la realidad y con el entorno a la vez que con el autocuidado. Liderar con propósito, más que estatus de poder, es lo que necesitamos hoy, y es una de las principales motivaciones de las mujeres en puestos de liderazgo, según todos los estudios que se realizan.
Mucho ha cambiado la situación de las mujeres respecto a décadas anteriores, al menos en esta parte del mundo que es Europa, aun cuando queda mucho camino por recorrer. Las posibilidades que vamos abriendo las mujeres hoy es gracias a la lucha de todas las anteriores, y es necesario continuar en ello, con autonomía de decisiones y teniendo referentes en diferentes ámbitos de desarrollo.
En la II edición de nuestro estudio ‘Propósito y Capitalismo’ observamos ciertas divergencias de género que perfilan una mirada femenina más crítica con el sistema capitalista actual que la de los hombres. Además, hay un registro de niveles de preocupación superiores en mujeres que en hombres en los tres ámbitos estudiados: el social, el ambiental y el económico. Podría decirse que esta perspectiva femenina se alinea, aún con más fuerza, con el reclamo de nuevos modelos de organizaciones que se ocupen de su triple impacto positivo en la sociedad.
En ese sentido, la incorporación de las mujeres en las empresas aporta esta visión de sostenibilidad y los cambios necesarios para lograrlo. Entre los temas específicos, el que mayores diferencias registra en el citado estudio es la integración de la diversidad, así como el cuidado de la salud física y mental de las personas, donde las mujeres están muy preocupadas, en un 78,50%, y los hombres en un 65,29%.
Esperamos que el rol femenino continúe evolucionado con jóvenes y niñas que ahora tienen más referentes de mujeres en diferentes ámbitos sociales, ya sea la empresa, la ciencia, la política o el arte en todas sus manifestaciones. Con estas características en mente y el convencimiento de que un mundo igual para todos es posible, las nuevas generaciones de mujeres cada vez pueden poner más en valor y desplegar todas las capacidades que aporta al mundo atender al presente pensando en un futuro sostenible.