Los inversionistas buscan viabilizar sus inversiones a través de criterios que demuestren los compromisos y prácticas sostenibles de las organizaciones que recibirán y administrarán estos recursos. Por lo tanto, es importante que las OSC también busquen cumplir con estas expectativas, implementen una estrategia ESG y se presenten como una buena posibilidad de inversión. Muchas organizaciones sociales ya han notado este movimiento y buscan adoptar medidas de gestión con resultados basados en ESG. Las encuestas realizadas a organizaciones en Estados Unidos muestran la comprensión de las OSC en relación con los indicadores ESG.
Las OSC ya desempeñan un papel crucial a la hora de impulsar a las empresas a ser más sostenibles. Ahora también deben empezar a implementar estos criterios en sus propias organizaciones, entre otras cosas porque la competencia por la financiación es alta, y actuar de acuerdo con las prácticas ESG puede ser el gran diferencial a la hora de atraer inversores.
En términos ambientales, se espera que las empresas minimicen su huella de carbono, gestionen de manera eficiente los recursos naturales y fomenten prácticas comerciales sostenibles. En el ámbito social, se valora la promoción de la diversidad, la equidad y la inclusión, así como el respeto de los derechos humanos en toda la cadena de valor. Por último, en cuanto a la gobernanza, se busca una administración transparente, ética y responsable.
Las organizaciones sociales desempeñan un papel clave al impulsar la adopción de estos criterios. Su labor consiste en abogar por un enfoque más holístico y ético de los negocios, influenciando tanto a empresas como a inversores. Al mismo tiempo, trabajan para educar a la sociedad sobre la importancia de elegir y apoyar empresas comprometidas con prácticas sostenibles.
La colaboración entre las organizaciones sociales y las empresas es esencial para avanzar hacia un futuro más sostenible. Las empresas pueden beneficiarse al adoptar prácticas más éticas, ganando la confianza de los consumidores y mitigando riesgos financieros asociados con prácticas no sostenibles. Por otro lado, las organizaciones sociales pueden aprovechar la influencia y los recursos de las empresas para amplificar su impacto.
Sin embargo, es crucial evitar la "lavado de imagen" o el simple cumplimiento superficial de los criterios ESG. Las organizaciones sociales tienen la responsabilidad de seguir de cerca el desempeño real de las empresas, abogando por la transparencia y la rendición de cuentas. Las empresas, por su parte, deben comprometerse genuinamente con la sostenibilidad y la responsabilidad social en lugar de adoptar medidas cosméticas para cumplir con las expectativas.
En conclusión, la colaboración entre organizaciones sociales y empresas comprometidas con los criterios ESG es esencial para construir un mundo más sostenible y ético. Al unir fuerzas, pueden impulsar un cambio real, fomentando prácticas empresariales que no solo maximicen las ganancias, sino que también contribuyan al bienestar de la sociedad y del planeta.