La actualidad es tozuda y exige que, 8 años después de que los líderes mundiales hiciesen una promesa histórica a través de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), revisemos con ojo crítico dónde estamos. Y no estamos donde nos habíamos propuesto.
Cerca de la mitad de las 140 metas establecidas están lejos o muy lejos de ir por el buen camino. Algunas, presentan incluso involuciones con respecto a su punto de partida en 2015.
El Informe sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2023 publicado en junio apremia, especialmente y entre otros, en los ODS 2 -hambre cero- y 13 -acción por el clima-.
Con esta referencia global y la vista puesta en el impacto local, donde en España compartimos algunas de estas urgencias, el optimismo llega en forma de avances científicos y colaboración.
Porque, ¿es posible encontrar sinergias entre los ODS, que faciliten su consecución? Posible, y necesario. Y algunas de estas propuestas transversales se están implantando con fuerza gracias a su potencial transformador. La agricultura regenerativa es una de ellas y en Bayer apostamos por este modelo, que aúna eficiencia, respeto y restauración de los recursos naturales. En resumen, no es otra cosa que principios y prácticas agrícolas que buscan mejorar activamente la salud del suelo, secuestrar carbono y aumentar la biodiversidad (ODS 13 y 15), al tiempo que mantiene o aumenta la producción de alimentos (ODS 2).
Los beneficios más destacados por la comunidad científica van desde la salud del suelo como máxima prioridad a la aceleración de la mitigación de los efectos del cambio climático a través de la reducción de emisiones y el secuestro de carbono, el mantenimiento, la preservación o recuperación de la biodiversidad, la conservación de los recursos hídricos en cantidad y calidad y la mejora del bienestar social y económico de los agricultores y la comunidad. Todo ello, con igual o mayor productividad, ya que lo contrario significaría usar más tierra o disponer de menos alimentos.
Muchas de estas prácticas ya están a nuestra disposición. Agricultura regenerativa es mantener el suelo agrícola cubierto de vegetación, porque una tierra mullida y tejida de raíces, mantiene mejor el agua y los nutrientes; es una menor roturación y laboreo, que permiten el descanso de esta tierra y que no libere a la atmósfera el CO2 que ha capturado; es tomar decisiones sobre el terreno gracias a las herramientas digitales ya disponibles, conectadas con los aperos, para consumir solo los recursos imprescindibles. Es ciencia para una vida mejor.
España está en una posición clave por su rol como exportador de alimentos a nivel mundial y su acusado riesgo climático. Tenemos la oportunidad y la responsabilidad, como sociedad y como país, de acelerar nuestra contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Es urgente y, sobre todo, es posible.