Este septiembre celebramos el octavo aniversario de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Ocho años han pasado ya desde que la comunidad internacional decidiera -basándose en gran parte en los aprendizajes de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)- diseñar una hoja de ruta más global, que implicara a todos los países, así como a la empresa privada, en la aceleración hacia un modelo económico, político y, por tanto, social, más sostenible, inteligente e inclusivo.
Y la realidad es que alcanzamos esta efeméride con una fuerte ralentización en el ritmo de progreso hacia el cumplimiento de los Objetivos, según los últimos informes de Naciones Unidas, en gran parte debido a las crisis paralelas derivadas de la COVID-19, y en no menor proporción a consecuencia de las voces discordantes que actualmente cuestionan la necesidad de cambiar de modelo.
En este contexto, creo que se hace más necesario que nunca establecer alianzas y colaboraciones entre distintos organismos y entidades, instituciones públicas e iniciativas privadas, para volver a insuflar energía a la Agenda 2030. Por tanto, el ODS 17, Alianzas para lograr los Objetivos, se configura, en mi opinión, como ese primum interpares imprescindible para la consecución del resto.
Es necesario avanzar de manera conjunta en políticas y planes de acción públicos, privados y público-privados que detengan el deterioro del planeta y la pérdida de calidad de vida de millones de personas y avancen en regenerar ecosistemas y comunidades. Políticas y planes de acción coherentes, rigurosos y pragmáticos, consultados a todas las partes interesadas y con objetivos retadores pero también posibles, realizables, así como plazos realistas.
Finalmente, es necesario que todos y todas asumamos nuestra alícuota parte de responsabilidad e implicación en el cambio con nuestra acción diaria, más allá de exigir a los gobiernos y a las empresas. La ciudadanía, en todas y cada una de nuestras acciones, también impactamos en la agenda global, desde el momento en el que hacemos un uso eficiente de los recursos en nuestros hábitos cotidianos o un consumo de bienes y servicios realmente informado.
La Agenda 2030 solo se puede conseguir forjando alianzas y cooperando. Y en este Objetivo 17 todos y todas somos bienvenidos.