Me apasiona el mar y todos los temas vinculados al ODS 14, Vida submarina. Este objetivo incluye metas orientadas a acabar con la sobrepesca, proteger y restaurar los ecosistemas, reducir la contaminación marina y la acidificación de los océanos, entre otras.
La vida comienza en el océano y podemos afirmar que, en este momento, el océano está permitiendo que el mundo siga siendo habitable, absorbiendo gran parte de los gases de efecto invernadero generados por la actividad humana. El océano no solo es un gran regulador climático (ODS 13, Acción por el clima). También, es una fuente de alimento esencial para más de tres mil millones de personas en el mundo. Una proteína de alto valor nutritivo y baja huella de carbono que puede jugar un papel esencial en combatir el hambre y la desnutrición (ODS 2, Hambre cero).
Dentro de las múltiples actividades que se realizan en el medio marino, la pesca es una actividad milenaria que depende de ecosistemas saludables y bien gestionados. Este sector está en plena transformación para asegurar que su actividad sea sostenible, a través de una mayor inversión en ciencia, mejoras tecnológicas para disminuir los impactos y más transparencia de toda la cadena de valor. La evolución de este sector promueve numerosas innovaciones para mejorar la eficiencia, a la vez que aporta nuevas tecnologías y procesos industriales (ODS 9, Industria, innovación e infraestructura) que son todo un referente dentro de los sectores de producción primaria.
La pesca sostenible contribuye a la seguridad alimentaria (ODS 2), a la nutrición saludable (ODS 3), y a una economía próspera (ODS 8, Trabajo decente y crecimiento económico). Permite una producción y consumo responsable de gran diversidad de especies acuáticas (ODS 12, Producción y consumo responsables) y se basa en alianzas constructivas entre la industria, los gobiernos, las empresas, las ONGs y la comunidad científica (ODS 17 Alianzas para lograr los objetivos).
Esta contribución tan relevante del océano y de la pesca sostenible debe ser más visible y reconocida por la ciudadanía y la comunidad internacional. Es necesario tomar conciencia de nuestro vínculo con la vida marina. Como nos gusta decir en Marine Stewardship Council, MSC: “Si cuidas del océano, el océano cuidará de ti”.
¿Estamos a tiempo?
El ODS 14 ha tenido un progreso muy limitado de acuerdo con el último informe global. La financiación para alcanzar las metas es claramente insuficiente, y el conocimiento sobre los aspectos relacionados con la vida marina es todavía reducido. Se estima que de media solo 1,2% de los presupuestos de investigación científica se destinó a ciencia marina entre 2013 y 2017.
No obstante, en el último año, ha habido avances muy significativos en Acuerdos Internacionales como el Tratado de Alta Mar, el Acuerdo para acabar con los subsidios perjudiciales para la pesca o el Marco Global de Biodiversidad que establece metas específicas para la biodiversidad marina. La ratificación e implementación de estos acuerdos puede dar un gran impulso en las metas del ODS 14. Por el contrario, si dicha implementación se demora perderíamos la gran oportunidad de proteger los océanos para el futuro.
En el caso concreto de la pesca, ha habido un fortalecimiento en la gestión, un aspecto clave que ha permitido la recuperación de diversas poblaciones de peces y establece mecanismos que aseguren su protección para el futuro. Existen numerosos ejemplos que demuestran que es posible proteger la vida marina y hacer un uso sostenible y responsable de los beneficios que ofrece el océano. Pero hace falta redoblar los esfuerzos, trabajar más estrechamente y con mayor ambición para asegurar que los océanos sigan siendo una fuente de vida.