Mi ODS favorito es el ODS 15: Vida de Ecosistemas Terrestres: promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de la diversidad biológica. Todo ello relacionado con los principios 7, 8 y 9 respecto a las empresas (mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente, fomentar iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental, favorecer el desarrollo y la difusión de tecnologías respetuosas con el medio ambiente).
Considero que las empresas tienen un papel primordial en el contexto cultural en que nos movemos, porque provocan decisiones de compra que impelen a consumir de tal forma que se provocan descomunales desperdicios en nuestro mundo enriquecido y descomunales fracturas en el mundo sobreexplotado.
La capacidad de persuasión que tienen las empresas puede ser, al contrario de lo que se acostumbra, una preciosa herramienta de concienciación para consumir solo lo justo y de la forma más respetuosa con nuestra casa común que es la madre Naturaleza.
Conseguir esa visión de las actividades económicas presenta grandes dificultades, puesto que nuestra cultura de derroche tiene más de cien años (y todos sabemos que un cambio cultural no se consigue en una semana). Es cierto que muchas empresas están embarcadas en el empeño, pero desde una óptica tradicional que ralentiza sobremanera el proceso: la visión antropocéntrica, según la cual el animal humano es el dueño y señor de la naturaleza, lo que supone que puede disponer libremente de cuantos bienes pueda conseguir.
Tiempo es, pues, de abandonar el antropocentrismo e interiorizar una cosmovisión que nos ayude a comprender que los animales humanos somos naturaleza y, por lo tanto, las empresas que emprendemos también son naturaleza: uno más de los ecosistemas que se interrelacionan en esa inmensa red que llamamos vida aquí en la Tierra.
Tiempo es, pues, de seguir “polinizando” el modelo de gestión corporativa que se basa en estudiar, aprender e incorporar todas las enseñanzas que la naturaleza pone a nuestro alcance: si nuestra empresa consigue incardinarse en el planeta como uno más de sus ecosistemas interrelacionados, tenemos muchas posibilidades de revertir la situación actual e ir minimizando las lesiones causadas para que el planeta vaya regenerándose y pueda, además, ofrecer un porvenir más seguro a las numerosas especies que lo habitan. Entre ellas la especie Homo Sapiens, aunque momentáneamente se nos haya olvidado el significado del término ?.
Parece ser que se está estudiando una opción B: trasladarnos a Marte y comenzar a expoliarlo como acostumbramos… unos pocos animales humanos que forman parte del mundo enriquecido: más de lo mismo, señores, ahora a escala planetaria.
Y si consideras que la opción B, la marciana, resulta atractiva, te invito a visitar ¿Quieres vivir en Marte?