Esta iniciativa comenzó hace tres años con un propósito claro y dividido en tres fases transformadoras. En la Fase Uno, recopilaron diligentemente datos de imágenes satelitales, los analizaron y colaboraron con sus socios en Holanda para la validación. Luego, se desarrolló la Fase Dos, un período esclarecedor de 18 meses de sensibilización y participación en las cuatro regiones principales de Kosovo. Presentaron los hallazgos de la investigación, organizaron talleres y colaboraron con activistas, empresas y ONG locales, abordando colectivamente la deforestación y explorando soluciones para restaurar los bosques perdidos. Ahora, en la fase final, se encuentran en la cúspide de algo extraordinario mientras se preparan para la plantación aérea de semillas de árboles alrededor de Pristina, su preciada capital.
Cuando le pregunté a Indira cómo ha impactado en su país, me respondió que el resultado de su trabajo es difícil de predecir, pero están siendo testigos del constante crecimiento del movimiento, lo que llevaría a cambios positivos en las prácticas de manejo forestal. Como dato no menor, han recibido el apoyo del presidente de Kosovo, Vjosa Osmani, respaldando su compromiso de proteger y regenerar los bosques. Además, han establecido una relación fructífera con la Dirección de Parques Nacionales, trabajando en colaboración dentro del Gobierno de Kosovo. Juntos, aspiran a un futuro sostenible, nutriendo sus paisajes naturales y comunidades.
Luego de la guerra Kosovo ha sido testigo de un rápido crecimiento económico, gracias al apoyo continuo de la administración de la ONU. Sin embargo, a pesar de su estatus establecido, el país ha lidiado con desafíos derivados de problemas prolongados de liderazgo y corrupción. Actualmente, el gobierno se enfoca en adoptar enfoques de liderazgo más transformadores, tomando medidas activas para abordar los problemas profundamente arraigados de corrupción y mala gestión que han afectado a las administraciones anteriores. De hecho, algunos ex miembros de esas administraciones están siendo juzgados en La Haya. El compromiso del gobierno de desarraigar estos problemas allana el camino para un futuro más prometedor y responsable. Si hiciéramos una comparación con Argentina, sería interesante analizar cómo hacer para lograr lo mismo para con los gobiernos corruptos que no han sido juzgados por La Haya aún, aprovechándose de las organizaciones vinculadas a los derechos humanos que no han sido transparentes, pues el delito debería ser doble. En primer lugar, porque no han logrado una democracia sana, dividiendo aún más a la población. En segundo lugar, porque han defraudado a quienes defendían aprovechándose de una temática sensible para enriquecerse ilícitamente.
Respecto a qué cambios sistémicos cree que son importantes para que pueda desarrollarse y contribuir a la paz, me respondió estos cambios implican el fortalecimiento del estado de derecho, la promoción de la reconciliación interétnica, la garantía de una gobernanza inclusiva, el apoyo al desarrollo económico y las oportunidades laborales, la inversión en educación y capital humano, la mejora de la seguridad y los esfuerzos de mantenimiento de la paz, la mejora de la cooperación regional, la promoción del desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente, alentando la participación de la sociedad civil y fortaleciendo la libertad de prensa y el acceso a la información. La implementación de estos cambios requeriría esfuerzos colectivos del gobierno, la sociedad civil, los socios internacionales y los ciudadanos para construir un futuro más pacífico y próspero. Todas medidas interesantes para poder hacer un “benchmark” con Argentina.
Aunque la campaña ha terminado, me parece importante resaltar que el enfoque principal fue abordar el problema apremiante de la deforestación, restablecer el equilibrio de la naturaleza, combatir el cambio climático, proteger la biodiversidad y garantizar el bienestar de las comunidades y las generaciones futuras. Estos objetivos son críticos para la sostenibilidad ambiental y el bienestar de la comunidad y aunque no están explícitamente orientados a la paz por naturaleza, es importante tener en cuenta que las iniciativas destinadas a la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible pueden contribuir indirectamente a los esfuerzos de consolidación de la paz al fomentar un entorno saludable y estable que beneficie a todas las comunidades.
La iniciativa para preservar los bosques de Kosovo tiene un profundo impacto social, empoderando a las comunidades, creando medios de vida sostenibles, mejorando la resiliencia climática, conservando la biodiversidad, mejorando la calidad del aire y el agua, promoviendo la conciencia ambiental, preservando el patrimonio cultural, fomentando la cohesión social y e impulsando el turismo ecológico. Inspira nuevas iniciativas sostenibles, asegurando un futuro armonioso y próspero para las comunidades y el medio ambiente de Kosovo.
Pueden tener más información sobre la iniciativa y sus campañas en el sitio web MMM Campaign | SLK Main site (slkosova.org).