Es importante destacar que la gran mayoría de los voluntarios son personas bienintencionadas que dedican su tiempo y esfuerzo para ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Sin embargo, en ocasiones pueden surgir casos aislados de personas que se aprovechan del voluntariado con intenciones negativas.
Es fundamental que las organizaciones de voluntariado tengan procesos de selección y seguimiento adecuados para evitar la participación de malos voluntarios y garantizar la integridad de las actividades de voluntariado. Además, es importante que los voluntarios estén atentos a posibles señales de personas con intenciones poco éticas y reporten cualquier comportamiento sospechoso a las autoridades competentes.
Los malos voluntarios pueden ser identificados por algunas características, tales como:
- Falta de planificación y organización: no se informan sobre las necesidades y expectativas, no se preparan adecuadamente para las actividades que realizarán y no cumplen con los horarios y tareas acordados.
- Falta de compromiso y continuidad: no se toman en serio su papel de agentes de transformación social, no se comprometen con las causas que abrazan y abandonan fácilmente ante las dificultades o desintereses.
- Falta de respeto y empatía: no tratan con dignidad y cordialidad a las personas que los reciben, no reconocen la diversidad y complejidad de las realidades sociales y no se ponen en el lugar de los demás.
- Falta de ética y transparencia: no actúan con honestidad e integridad, no dan cuenta de los recursos que utilizan y no respetan los estándares y valores de las entidades a las que ayudan.
¿Y cuáles son los impactos de los malos voluntarios?
- Desperdicio de recursos humanos, materiales y financieros: recursos que podrían ser mejor utilizados por las organizaciones.
- Desmotivación y frustración de los demás voluntarios: afectan el clima y la dinámica de los equipos de trabajo, creando conflictos, desconfianza e insatisfacción entre los participantes.
- Desgaste y pérdida de credibilidad de las entidades: comprometen la imagen y reputación de las entidades que representan, alejando a potenciales socios, donantes y beneficiarios.
- Daño y desempoderamiento de las comunidades: causar daños materiales y/o emocionales a las personas o grupos a los que pretenden ayudar, reforzando estereotipos, dependencias o vulnerabilidades.
Para prevenir o minimizar los problemas causados por los malos voluntarios, se pueden adoptar algunas medidas, tales como:
- Formación y orientación; selección y seguimiento, reconocimiento y retroalimentación y diálogo y mediación de conflictos.
El voluntariado es una forma de expresar solidaridad, ciudadanía y generosidad, que puede traer beneficios tanto a los que ayudan como a los que son ayudados. Sin embargo, es necesario que los voluntarios sean conscientes de la importancia y responsabilidad de su rol, y que las entidades tengan cuidado y discreción en la gestión de su trabajo. Por lo tanto, será posible evitar malos voluntarios y garantizar que el voluntariado sea una práctica positiva y transformadora para todos.