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Tres acciones para incorporar el impacto en las empresas en 2023

Incorporar la sostenibilidad y el impacto en las empresas, especialmente tras la pandemia, se ha convertido en una cuestión de supervivencia y rentabilidad a largo plazo para la mayor parte de las organizaciones. Prueba de ello es que durante los últimos cinco años los activos ESG han tenido un mejor desempeño financiero, tanto por mejoras en la rentabilidad como por una reducción del riesgo, según el informe de Forética de 2022.

Este interés también da respuesta a la petición de los consumidores más exigentes que reclaman a las empresas un compromiso más consistente con el medio ambiente y con el planeta. Todo ello plantea nuevos retos a las organizaciones, que necesitan reevaluar cómo mejorar su impacto en la sociedad y el medio ambiente incorporando prácticas sostenibles en estrategias y operaciones.

Atrás quedaron los ejercicios de greenwashing o purposewashing con los que las organizaciones pretendían cubrir el expediente y continuar realizando sus actividades sin  replantearse nada más.

Para todas las empresas que quieran integrar el impacto y la sostenibilidad en el centro de la estrategia de negocio este año, hay tres acciones clave que deberían poner en marcha ya mismo.

Apostar por una cadena de suministro sostenible y justa 

Crecen las expectativas de que las empresas desempeñen un papel proactivo en la conducción de los esfuerzos para asegurar un futuro sostenible e inclusivo para la próxima generación.

Y ya no es posible asegurar que una empresa cumple con criterios de sostenibilidad mientras mira hacia otro lado esperando que sus stakeholders también lo hagan. Es responsabilidad de las organizaciones asegurarse de que sus socios y proveedores respetan los estándares éticos de gestión ambiental, que la cadena de valor es sostenible y las condiciones de los trabajadores son justas.

En ese camino, muchas empresas ya se están dando cuenta de que es imposible lograr el net zero sin mirar fuera de la caja de su negocio tradicional. Deben innovar con impacto y buscar soluciones sostenibles que reten a su propio status quo actual.

Definir una tesis de impacto, medir el impacto y gestionarlo

Medir el impacto es una práctica esencial para las empresas que buscan ser más responsables y que ayuda a tomar decisiones informadas. Además de ser una herramienta de transparencia que aporta información sobre las operaciones a los grupos de interés.

Pero para eso, las empresas deben plantearse antes cuál es el camino que quieren recorrer, hacia dónde quieren dirigir sus esfuerzos de impacto, cómo van a impactar positivamente en sus públicos y qué impactos directos e indirectos pretenden conseguir.

Medir el impacto es fundamental, pero no debe quedarse ahí. Una vez que las organizaciones son conscientes de sus puntos fuertes y de sus áreas de mejora, deben gestionarlo. Es decir, necesitan evaluar si el impacto positivo que están generando es el esperado y si la empresa va en la dirección correcta para cambiar las cosas. Hay que tomar decisiones y cambiar el rumbo si fuera necesario.

Entornos de trabajo sostenibles y saludables

La organizaciones deben empezar a crear un impacto positivo desde dentro, siendo los trabajadores los primeros que sientan que forman parte de una empresa sostenible y saludable.

Promover una cultura en la que los empleados se sientan seguros y valorados, donde tengan motivaciones y aspiraciones de futuro y en la que se promueva el equilibrio entre el trabajo y la vida personal ayuda a atraer y retener talento, uno de los grandes retos a los que se enfrentan las empresas a día de hoy. Además, es fundamental implementar medidas de sostenibilidad en el lugar de trabajo que ayuden a reducir el impacto ambiental en las tareas del día a día.

En conclusión, poner el impacto positivo en el centro se ha convertido en una acción clave para los negocios en 2023. A medida que las empresas apuestan por una cadena de suministro sostenible y justa, miden y gestionan su impacto y disponen entornos de trabajo sostenibles y saludables, están mejorando su impacto en la sociedad y el medio ambiente.

Además, estas acciones tienen beneficios adicionales, como una mejor reputación y rentabilidad a largo plazo. Sin embargo, es importante recordar que la sostenibilidad no es un destino final, sino un camino continuo que debemos recorrer juntos en los próximos años. Las empresas deben seguir buscando maneras de mejorar su impacto y adaptarse a los cambios en las tendencias y las demandas del mercado si quieren mejorar su rendimiento económico.

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