En el día Mundial del Medio Ambiente, quiero reflexionar sobre una de las contribuciones diarias que podemos hacer los ciudadanos en el día a día, a través de la forma en la que nos desplazamos.
El término Movilidad Sostenible, se refiere a la forma en la que nos movemos sin contaminar, o contaminando menos y es una movilidad aliada de la lucha contra el cambio climático y de la salud pública.
Por su impacto en diversas áreas, la normativa que la promueve ha proliferado en los últimos años.
Desde Europa, el Pacto Verde Europeo incluye específicamente la Movilidad Sostenible, con el objetivo de lograr sistemas de transporte público y privado más limpios, más baratos y más sanos.
Los principales retos a los que se refiere son:
En España, la normativa y política publica de incentivos no se ha hecho esperar. Tenemos una Estrategia Española de Movilidad Sostenible desde el 2009, a mediados de 2020, el Gobierno Español aprobó el Plan de Impulso a la cadena de valor de la Industria de la Automoción hacia una movilidad Sostenible y Conectada y recientemente se aprueba la Ley de cambio climático y transición energética, cuyo título IV aborda las cuestiones relativas a la movilidad sin emisiones para alcanzar en 2050 un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2: adopción de planes de movilidad urbana sostenible en los municipios de más de 50.000 habitantes y territorios insulares, ampliación de la infraestructuras de recarga eléctrica en estaciones de servicio y en edificios de nueva construcción o en intervenciones en edificios existentes y el desarrollo de una plataforma de información sobre puntos de recarga y de señalética.
Además en Noviembre del año pasado se cerró la consulta pública del Anteproyecto de ley de Movilidad Sostenible y financiación del transporte, alineada con la Agenda 2030 e interrelacionada con la Agenda Urbana Española y marcada por tres grandes cambios: la generalización del uso de las nuevas tecnologías; la descarbonización de la economía; y las necesidades de los crecientes núcleos urbanos.
La política pública de incentivo es fundamental para promover la fabricación y la compra de vehículos de energías limpias, la micromovilidad, la inversión en infraestructuras para la movilidad sostenible, y el desarrollo de alianzas. En este sentido, numerosas subvenciones y leyes autonómicas y ordenanzas municipales, impulsan en nuestro país una movilidad más sostenible, accesible y segura. No obstante, España es grande y diversa, y a nivel de articulación de ayudas, tenemos todavía algunos retos por delante, como son el reparto de recursos por Comunidades Autónomas acorde al mercado y necesidades de cada una de ellas y el impulso de los mecanismos necesarios para que su puesta en marcha se haga de forma homogénea en todo el territorio español.
Por otra parte, hay que tener en cuenta las nuevas circunstancias post pandemia de los ciudadanos. Según el Observatorio de Movilidad Sostenible que realiza el Club de Excelencia en Sostenibilidad, en colaboración con SEAT, ABB y Renault, para seguir impulsando a nivel de usuario la Movilidad Sostenible en el 2021, será importante:
sistemas de movilidad compartida con el transporte público.
Nuestra responsabilidad como ciudadanos, es aprovechar las oportunidades para movernos de una forma más sostenible y saludable, y tomar decisiones conscientes que prioricen a aquellas empresas que se esfuerzan por hacerlo.