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El ecosistema empresarial está evolucionando a gran velocidad movido por la influencia de un cliente consciente del poder que ostenta y de un inversor que apuesta por empresas que responden a criterios de sostenibilidad. Tradicionalmente, los esfuerzos desde las empresas para dar respuesta a las necesidades sociales y medioambientales partían de los departamentos de Responsabilidad Social Corporativa. Sin embargo, en estos momentos las empresas son cada vez más conscientes de su rol como agentes de cambio respecto a otras problemáticas.

Tales como las medioambientales (cambio climático, pérdida de biodiversidad, contaminación del aire, acceso al agua) o socioeconómicas (desempleo, pérdida de poder adquisitivo de las familias, elevado porcentaje de población en riesgo de pobreza, desigualdad de oportunidades en el acceso a la educación, flujos migratorios descontrolados). Las empresas se encuentran en disposición de reconocer su propósito como agentes de desarrollo tanto económico como social y medioambiental, asumiendo un rol protagonista en esta adaptación de la economía. Es evidente que tanto el planeta como la sociedad necesitan con urgencia protección y acompañamiento. Y es en este punto en el que la empresa tiene la oportunidad de desarrollar modelos de negocio sostenibles a la par que rentables.

El modelo ESG (siglas en inglés de medioambiental, social y buen gobierno) ofrece un estándar de referencia para que las organizaciones empresariales reenfoquen sus estrategias, identificando, midiendo e informando de sus impactos. Sin embargo, la implantación de estos modelos se ha enfocado fundamentalmente al ejercicio de reporting desaprovechando la oportunidad de ofrecer una respuesta integral.

Por este motivo, desde la Cátedra de Impacto Social Open Value Foundation, Fundación Repsol, Management Solutions de la Universidad Pontificia Comillas hemos presentado en estos días un cuaderno de trabajo en el que se ilustran diferentes maneras de transformar las actividades y los procesos empresariales, para integrar los factores ESG. En este sentido, planteamos un nuevo modelo empresarial en el que el propósito social y medioambiental se integra en la estrategia corporativa de las compañías, desarrollando y ampliando el concepto de valor compartido planteado hace ya años por los profesores desarrollando y ampliando el concepto de valor compartido planteado en 2006 por los profesores de Harvard Porter y Kramer.

Las oportunidades que ofrece este nuevo paradigma pueden resultar atractivas y rentables para las compañías al desarrollar una ventaja competitiva centrada en los principios ESG o alcanzar eficiencias operativas controlando mejor los costes indirectos, entre otras. Se trata de atender las externalidades: elementos que hasta ahora han sido aparentemente ajenos a la gestión empresarial y que ahora se sitúan dentro de la esfera de control de la empresa. El sistema ESG se convierte así en un marco de referencia que, con sus principios, métricas y herramientas, permite a las organizaciones empresariales reenfocar sus estrategias, transformar sus procesos y tomar decisiones que mejoren las condiciones de vida de los ciudadanos y la situación del planeta, mejorando a la vez los resultados del negocio.

 

Carlos Ballesteros (Director de la Cátedra de Impacto Social de la Universidad Pontificia Comillas)

Soledad Díaz-Noriega (Socia de Management Solutions)

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