El título elegido para el libro, "Liderar es educar", es el de la lección magistral que este maestro (así le llamo yo) de la RSE dictó tras ser investido doctor honoris causa por la Universidad Pontificia de Salamanca en abril de 2018, cuyo resumen fue publicado entonces por Diario Responsable. Entre otras cosas, me gustaría señalar estas palabras: “vivimos ya en la nueva Era de la Responsabilidad Social y los ODS son nuestro inexcusable horizonte común” y por eso “necesitamos líderes que vayan mas allá de las jerarquías: que estén comprometidos, que sean fiables, creíbles y motivadores, cómplices y orientados hacia los demás; que escuchen y dialoguen y no busquen siempre culpables, sino que en plena Era Digital sean capaces de armonizar talento y tecnología y gestionar equipos de personas de distintas generaciones y con diferentes habilidades. Que sepan garantizar la igualdad de oportunidades y la diversidad, y consagren el necesario equilibrio de vida personal vs. vida profesional”.
Doctor en Ciencias del Trabajo, su tesis entonces versó sobre la Responsabilidad Social de las Empresas, probablmente un tema que entonces sonaría solo a postureo y que hoy se está convirtiendo casi en una obligación para aquellas empresas no solo que quieran contribuir a un mundo mejor, que también, sino en todas las que quieran sobrevivir en un futuro nada lejano en el que, confío, todos los grupos de interés, desde inversores a consumidores, vayamos exigiendo cada día más.
Publicado por Editorial Didacbook y escrito en su mayoría en (que no por) los Cerros de Úbeda, su ciudad natal, los textos son "humildes ensayos y están preñados de convicciones éticas", explica el autor. Y, fundamentalmente, tratan de "las personas en su relación con las organizaciones y de éstas en su vinculación con los seres humanos que las integran", añade Almagro en la introducción. En ella, también nos dice que estos textos, aunque críticos en ocasiones, "siempre están al servicio de las ideas" y que la reflexión, si es sincera, "aviva siempre las fuerzas del espíritu y nos fortalece".
En total, son 37 capítulos con textos cortos e intemporales para que "el libro se pueda leer o abandonar con facilidad", señala Juan José Almagro. Y nos da las "gracias de todo corazón" por leerlo. Yo, Juanjo, te doy las gracias a ti por escribirlo... y por tantas y tantas cosas.
