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En cinco publicaciones de Diario Responsable, analizamos uno por uno los 5 ejes que caracterizan la búsqueda de soluciones reales a los típicos problemas en fábricas de las cadenas de suministro. Ya analizamos la creatividad y la participación. En esta tercera, la acción.

¿Cómo se come un elefante? Trocito a trocito, pensaría una hormiga. ¿Cómo se resuelve un problema enorme en una fábrica, del tamaño del acoso sexual a trabajadores, de los peligros inminentes de sufrir daños físicos y accidentes, de la falta de pago de horas extras, de las condiciones paupérrimas en ciertos lugares de trabajo? Nuestra tendencia a ser elefantes nos lleva a pensar en el problema en su totalidad y necesitar erradicarlo de una buena vez. Pero como la solución no es simple, empezamos pensando que hay que aunar fuerzas, y explicamos a los trabajadores cuáles son sus derechos y cómo deberían ser y funcionar las cosas. Y terminamos todos paralizados, con trabajadores muy conscientes de lo que debería ser y no es, y cegados por una tremenda nube de pesimismo que circula y oprime a tantas fábricas manufactureras. ¿Qué pasaría si pensáramos como hormiguitas? ¿Qué pasaría si pasáramos directamente a la acción?

Está muy bien accionar. Pero no con cualquier acción se resuelve un gran problema. Es más, tendemos a pensar que una sola acción va a erradicarlo aunque la experiencia nos muestre que eso está muy lejos de la realidad. Necesitamos acciones, en plural. ¿Cómo son las acciones que nos llevan a soluciones? Están dirigidas a una “parte” concreta del problema, están encadenadas, son relevantes para todos, y ofrecen resultados inmediatos y un impacto medible en forma simple y directa. ¿Y cómo definimos sobre qué accionamos?

Rompiendo el elefante en trocitos, es decir, haciendo un ejercicio de busqueda de causas raíz del problema. Los problemas de grandes dimensiones tienen orígenes múltiples, generalmente no relacionados entre ellos y muchas veces ocultos, por lo que hay que analizarlos desde varios ángulos para encontrar las fuentes auténticas. Por ejemplo, en el caso de acoso sexual, habrá causas relacionadas con la falta de formación de genercia y de los trabajadores, de poder, culturales, del ambiente laboral, de politicas y procedimientos internos etc. Cada una de esas causas necesitará una cadena de acciones concretas. Y en esas acciones concretas es donde juegan la creatividad, la participación, y la conexión con la realidad a través de mensajes pensados con los trabajadores con el fin de que todo lo que hagamos sea comprensible y relevante para todos. La idea central consiste en romper el “gran problema” desde su raíz y transformarlo en pequeñas acciones orientadas hacia una solución, y que el proceso mismo haga crecer nuestra capacidad de cambiar y de mejorar.

Los cambios más profundos y duraderos suelen ser una suma de pequeños éxitos. La acción sobre lo inmediato produce una acumulación de pequeños logros, desde los resultados en sí hasta el cambio de imagen de nosotros mismos. La clave está en aceptar cambiar nuestro punto de vista y animarnos a ser hormigas, y con orgullo, en un mundo de elefantes.

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Opiniónrelaciones laborales

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