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Vivimos un momento en el que las personas se comprometen unas con otras, con las compañías a las que admiran y con los asuntos que les interesan de una forma totalmente nueva. En la actualidad, las audiencias toman con frecuencia el control de las marcas y organizaciones y contribuyen de forma significativa a generar y conformar las historias que marcan la agenda mediática.

Ya ligado a la decisión de compra, elegir marcas con valores se está consolidando como tendencia. A día de hoy, no solo nos evalúan por la calidad de nuestros productos y servicios, sino también por nuestro compromiso con la sociedad y por la responsabilidad y eficiencia con la que desarrollamos nuestros negocios. Los consumidores buscan empatizar con las marcas a través de sus valores y sentirse identificados con la visión de la compañía.

Por tanto, el consumidor de hoy quiere que una marca sea honesta, coherente, de confianza y transparente. Las sorpresas y la letra pequeña ya no son admisibles, ya que el consumidor espera recibir siempre aquello que le han prometido.

Varias casusas han influido en este cambio: una profunda transformación tecnológica, social, cultural, además de la digitalización del consumidor, con múltiples herramientas para expresar su opinión y tener un criterio más amplio a la hora de ejercer su compra.  

Además, en esta sociedad hiperinformada, gracias a internet y las redes sociales, el reto para las compañías es proporcionar a los ciudadanos y los grupos de interés información valiosa y de calidad. Sin embargo, en un entorno en el que cualquier persona, con su móvil, se puede convertir en emisor de información, se están desarrollando algunos fenómenos comunicativos claramente perjudiciales para el conocimiento y, en muchos casos, para la reputación de las marcas.

En nuestro día a día profesional estamos viendo la relevancia que están tomando las noticias falsas como vertebradores del imaginario social, repercutiendo directamente en la democracia y el conocimiento. Las empresas debemos contrarrestar este fenómeno con una dosis extra de transparencia e información de valor para los consumidores y nuestros grupos de interés.

Como comentaba al principio, este entorno de cambio está influyendo para que en la decisión de compra entren nuevos factores. Según desvela el estudio Marcas con Valores, el 80% de los españoles compra en función a otros valores, más allá de una buena calidad o precio. Además, el 70% de los participantes en el estudio han comprado o usado algún servicio de marcas con valores en los últimos tres meses y un 58% manifestó que estaría dispuesto a pagar más por una marca con un comportamiento ético y que mantenga un compromiso claro y sincero con las personas y el medio ambiente.

Por todo ello, es vital que las empresas escuchemos a nuestros grupos de interés, les demos poder de decisión y les hagamos partícipes de nuestra cadena de valor. Nuestra comunicación debe basarse en valores y relacionarse directamente con hechos o acciones concretas, dado que la mayoría de las personas necesitamos pruebas para poder creer las iniciativas de compromiso social que recibimos por parte de las marcas.

En esta línea, las empresas debemos apostar por una comunicación basada en la confianza y la transparencia, para convertirnos en empresas meaningful, queridas y valoradas por la sociedad. El análisis de Meaningful Brands 2017 que revela nuevos datos que muestran la relación entre el rendimiento de una marca, su significado y el contenido que produce.

Según este trabajo, el consumidor se mantiene optimista, pero también escéptico. El 75% de las personas espera que las marcas hagan una mayor contribución al bienestar y calidad de vida, aunque sólo el 40% cree que las marcas lo están haciendo. Más allá de esto, Meaningful Brands continúa demostrando que a la mayoría no le importaría que el 74% de las marcas desapareciera, un número muy alto que debemos tener en cuenta de cara fomentar cada vez más marcas con valores.

Cuando las marcas lo hacen bien, Meaningful Brands prueba que existe un 71% de correlación entre la efectividad del contenido y el impacto de una marca en nuestro bienestar personal.

En definitiva, a mayor impacto en nuestro bienestar personal, más significativa se vuelve una marca y logra mejores resultados de negocio. Este es el camino en el que debemos seguir trabajando.

 

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