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La respuesta más frecuente a la pregunta “¿Qué tal las vacaciones?” siempre es “Cortas”.  Todos quisiéramos tener más días de vacaciones.  Poder realmente desconectar, olvidar la contraseña del ordenador o mejor todavía, nuestro número de móvil del trabajo.

Daríamos lo que fuera por rascar unos días más al verano y seguir en la playa, en la montaña o en el sitio paradisíaco y alejado del mundo que te ofrece ambos planes. Tras unan semana de haber vuelto a la oficina, cuando ya casi tienes olvidados los días de descanso y empiezas a contar los que faltan para el puente de Diciembre, todos desearíamos tener vacaciones ilimitadas.

Y los hay que las tienen… Hace cosa de un mes o así leí que Virgin Group, la empresa de Sir Richard Branson, decidía dar vacaciones ilimitadas a sus empleados. “Menuda suerte”, “vaya chollo”, “ya quisiera yo tener eso”, “¿dónde lo firmo?” son algunos de los comentarios a continuación de la noticia. De hecho, la mayoría de los artículos al respecto aplaudían la nueva política, poniéndola como un ejemplo de iniciativa transgresora y moderna en la conciliación laboral y la gestión de personas.

Pero en mi caso saltó la pregunta: ¿realmente se pueden tener vacaciones ilimitadas?

La presencia en la oficina y las vacaciones son cuestiones muy culturales.  Cada país es diferente en cuanto a los días que la legislación local garantiza de vacaciones y todavía más en los que efectivamente los empleados gastan. La mayoría de países europeos garantizan aproximadamente un mes de vacaciones (en días naturales), con Finlandia o Francia a la cabeza, ofreciendo 5 semanas que pueden llegar a convertirse en 8 sí se suman las condiciones específicas del contrato y los festivos nacionales y locales.  En el otro extremo tenemos a Estados Unidos, que no garantiza un mínimo y deja a decisión de cada empresa el número de días de vacaciones que ofrece. De media, los empleadores estadounidenses ofrecen 10 días de vacaciones retribuidas tras un año de trabajo; cifra que va en aumento con el paso del tiempo: 14 días después de 5 años, 17 días después de 10 años, 19 días después de 20 años…

Vamos, que después de trabajar toda una vida para la misma empresa en los E.E.U.U. no llegas a tener las vacaciones que tiene un recién titulado tras su primer año de trabajo en España (eso, contando con que consiga un contrato).

Es más, según una encuesta realizada por Alliance, la mitad de los americanos no se tomó ni un solo día de vacaciones el año pasado. ¿Los motivos? Miedo a represalias, a que alguien les sustituya o a que aquello suponga una pérdida de oportunidades de promoción en el futuro… Más o menos los mismos miedos que se tienen en España al teletrabajo, la jornada reducida o la baja por paternidad.

El objetivo de las vacaciones es que los empleados puedan descansar, desconectar y evitar los efectos nocivos del estrés acumulado a lo largo del año.  Por tanto, podríamos decir que no sólo importan el total de días de vacaciones que tienes al año, es igual de importante el número de días que puedes disfrutar de forma continuada… Ese número de días que te permita volver a la oficina con buena cara y sin ganas de cargarte a ese compañero que siempre tiene el comentario preciso en el momento perfecto.

Pues bien, mientras algunos podrían estar pensando “ya quisiera yo trabajar para Virgin” tras la nueva medida adoptada por la empresa, yo siento una mezcla de desasosiego y escepticismo que me lleva a pensar “aquí hay gato encerrado… con esa medida van a conseguir que nadie se coja vacaciones”.

Todas mis dudas sobre esta medida se concentran en una de las frases del comunicado:

It is left to the employee alone to decide if and when he or she feels like taking a few hours, a day, a week or a month off, the assumption being that they are only going to do it when they feel a hundred per cent comfortable that they and their team are up to date on every project and that their absence will not in any way damage the business – or, for that matter, their careers!

Se deja al empleado/a y sólo a él/ella decidir si y cuando siente que ha de tomar unas horas, un día, una semana o un mes de descanso, bajo el supuesto de que sólo lo harán cuando se sientan cien por ciento cómodos de que ellos y su equipo están al día en cada proyecto y que su ausencia de ninguna manera dañará el negocio – o, para el caso-, sus carreras.

Lo cual implica que en Virgin -o cualquier empresa que ofrezca vacaciones ilimitadas, bajo similares circunstancias- deben tener una cultura corporativa bastante avanzada, con condiciones como estas (por nombrar algunas):

  • Valoran la eficiencia, que no la presencia: la empresa debe dar muestras claras de valorar la efectividad en la gestión del tiempo, sin importar cuántas horas pasen los empleados en la oficina. Mientras que en algunos países se considera que el empleado que sistemáticamente pasa más horas de las estipuladas en la oficina tiene un problema, en otros países es impensable salir de la oficina antes de las 6:00 p.m. aunque ya tengas cumplida tu jornada laboral. No quiero nombrar ninguno para no herir susceptibilidades, pero todavía los hay que siguen pensando que quien está más horas es más productivo. A ver quién tiene las narices de irse a casa antes que el jefe.  Si te miran mal por irte antes, ¿qué se puede esperar si decides irte tres semanas de vacaciones cuando a ti te conviene, y no durante el mes de agosto?
  • Fijan objetivos reales: es decir, medibles y alcanzables; realizables trabajando una jornada laboral normal, no una de 11,5 horas al día. No sirve de nada que te dejen tomarte todas las vacaciones que te apetezcan si la realidad es que los objetivos anuales que te marcan son imposibles de cumplir y sistemáticamente tienes que echar horas de más y fines de semana para alcanzarlos. Todo esto, dando por hecho que -al ser medibles- tu jefe y tu estaréis de acuerdo en su nivel de cumplimiento… Que hay objetivos formulados de una forma tan etérea que no hay quien los entienda.
  • Existen claros procesos de toma de decisiones: cada empleado tiene independencia suficiente sobre sus funciones clave como para poder tomar decisiones importantes sin necesitar del visto bueno de sus superiores.

Partamos de la base de mi total desconocimiento de la cultura y el clima laborales en Virgin Group, por lo que no sé hasta qué punto una medida como las vacaciones ilimitadas puede ser efectiva y factible. Pero una cosa si tengo clara: con unas condiciones así es imposible tomarse más de 5 días seguidos de vacaciones (incluyendo fin de semana), ya no hablemos de un mes entero.

Con este panorama y visto lo visto… Como dicen por ahí: en lugar de estar pensando en nuestras siguientes vacaciones, es mejor que empecemos a pensar en buscar un trabajo del que no necesitemos escapar.

¡Feliz vuelta a la oficina!

“Instead of wondering when your next vacation is, maybe you should set up a life you don’t need to escape from.”

― Seth Godin


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