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En mi artículo “La RSE no es una carrera de 100 metros“, me posicionaba claramente a favor de no abrir un debate terminológico respeto a la RSE. Sin embargo, otra importante empresa española anunciaba ayer que cambiaba el nombre del área de responsabilidad social corporativa por el de Sostenibilidad.

Puedo comprender que existan empresas (muy pocas) que iniciaron el camino de la RSE hace más de 10 años y sientan que han cubierto una etapa, pero no debemos de olvidar que otras empresas (la gran mayoría) todavía no han empezado a andar por ese camino. Basta con analizar el número de empresas que realizan memorias de RSE o presentan el informe de progreso al Pacto Mundial para darse cuenta de que por distintas circunstancias la RSE no ha evolucionado al mismo ritmo.

La reflexión que pretendo compartir no es otra que valorar la conveniencia de abandonar el término de la RSE en grandes empresas, cuando no solo no está consolidado, sino que además, todas las iniciativas que conozco por parte de instituciones públicas y otras organizaciones persiguen fomentar la RSE. Me parece una importante contradicción que puede llevar a confusión. En este proceso de fomentar la RSE en el conjunto del tejido empresarial, creo que todos tenemos una parte de responsabilidad y debemos de aunar esfuerzos y aprovechar sinergias.

Es cierto, como dice Alberto Andreu en su artículo “Y al final, la Acción Social desplazó a la RSC” que pueda parecer que la filantropía empresarial haya “secuestrado” la verdadera naturaleza de la RSE. Aunque no es menos cierto que ello es así por la propia política de marketing y comunicación que muchas empresas han considerado oportuno realizar para mejorar su imagen reputacional. Por cierto y sin ánimo de abrir otro debate terminológico, si en este país se hiciera un estudio entre la población sobre el significado de la sostenibilidad y su relación con la empresa, estoy plenamente convencido que el resultado sería que la mayor parte de la población en España relaciona sostenibilidad con medioambiente (muy diferente sería si el estudio fuera realizado en mundo anglosajón donde también lo vinculan a conceptos sociales y económicos).

Personalmente creo que la RSE y la sostenibilidad guardan una estrecha relación pero al mismo tiempo cabe diferenciar que su implantación en la empresa requiere de distintas etapas y procesos. Una primera etapa para cualquier empresa que quiera implantar la RSE deberá de contemplar entre otros aspectos y de forma muy general, la mejora de su gestión preservando un comportamiento ético y responsable, la minimización de riesgos, analizar sus impactos y minimizarlos, etc… Sin embargo la gestión de la sostenibilidad guarda relación con el desarrollo de productos y servicios orientados a crear sociedades más sostenibles, de forma que generen beneficios económicos, sociales y/o medioambientales. En ese proceso cabe destacar que la sostenibilidad de una empresa también guarda una estrecha relación con su capacidad de innovar y con el concepto de valor compartido.

Naturalmente puedo entender que alguien pudiera discutir esta diferenciación y sin duda no le faltaría razón si llegara afirmar que el concepto de sostenibilidad es mucho más amplio que el que yo he pretendido desarrollar.

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