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Cada año, el Black Friday dispara las compras y los beneficios de las grandes marcas, pero también el volumen de residuos, las emisiones de CO₂ y el consumo de recursos naturales. Sin embargo, es posible participar en esta jornada de descuentos sin dejar de lado la conciencia ambiental.
Piensa dos veces antes de comprar en el Black Friday

El Black Friday, que se celebra este año el viernes 29 de noviembre, se ha consolidado como una de las fechas más esperadas del calendario comercial. Miles de personas aprovechan las ofertas para adelantar compras navideñas o renovar productos tecnológicos, pero detrás de esta fiebre consumista se esconde un enorme impacto ambiental.

Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, el consumo vinculado a la moda, la electrónica y la logística de envíos genera millones de toneladas de CO₂ cada año. Solo el transporte de mercancías durante estas fechas multiplica por tres las emisiones habituales, mientras que el aumento de las devoluciones —una práctica muy común en las compras online— implica nuevos desplazamientos y embalajes.

Además, el modelo de producción acelerado que promueven estas campañas contribuye al uso intensivo de materias primas, al incremento de los residuos electrónicos y al agotamiento de recursos naturales. Los productos de bajo coste suelen implicar una menor durabilidad y, en muchos casos, condiciones laborales precarias en su fabricación.

A pesar de este panorama, comprar con conciencia también es posible. Expertos en sostenibilidad recomiendan adoptar algunas prácticas más responsables durante el Black Friday:

  • Reflexionar antes de comprar: preguntarse si realmente se necesita el producto.
  • Priorizar la calidad sobre la cantidad: optar por artículos duraderos, reparables o de segunda mano.
  • Apoyar al comercio local o sostenible: elegir marcas que trabajen con materiales reciclados o procesos éticos.
  • Reducir los envíos innecesarios: agrupar pedidos y evitar devoluciones impulsivas.
  • Compensar la huella de carbono: muchas empresas ofrecen programas de compensación o donaciones ambientales.

En los últimos años, han surgido movimientos alternativos como el Green Friday o el Buy Nothing Day, que invitan a repensar el consumo y a poner el foco en la sostenibilidad y el bienestar. “Cada compra es un voto por el tipo de mundo que queremos”, recuerdan desde la organización Greenpeace, que insiste en la necesidad de transformar los hábitos de consumo hacia modelos más circulares y justos.

Este Black Friday, más que una oportunidad para gastar menos dinero, puede ser una ocasión para gastar mejor, con responsabilidad y respeto por el planeta.

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