Cuando se cumplen diez años de la adopción de la Agenda 2030, las Naciones Unidas han hecho público un balance preocupante. Solo el 35% de las metas planteadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) muestra avances sólidos o moderados, mientras que casi la mitad progresa con lentitud y un 18% directamente retrocede. Así lo revela el último informe global sobre los ODS, presentado este lunes en Nueva York por el secretario general de la ONU, António Guterres, junto a la vicesecretaria general, Amina Mohammed, y el secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales, Li Junhua.
“Seamos claros: no estamos donde tenemos que estar”, declaró Guterres durante la conferencia de prensa, en la que calificó el escenario actual como una “emergencia mundial de desarrollo”. Según informa Naciones Unidas, más de 800 millones de personas continúan en situación de pobreza extrema, en un contexto agravado por la intensificación de los impactos climáticos, el sobreendeudamiento de los países más vulnerables y múltiples conflictos geopolíticos.
Paz y sostenibilidad: un binomio ineludible
Guterres subrayó el vínculo estrecho entre el desarrollo sostenible y la paz duradera. “De la República Democrática del Congo a Somalia, del Sahel a Myanmar, sabemos que una paz sostenible requiere un desarrollo sostenible”, afirmó, haciendo hincapié en conflictos abiertos como los de Ucrania, Oriente Medio y Sudán, que están erosionando los avances conseguidos en varios frentes.
El informe no solo expone déficits, sino que también propone una hoja de ruta para revertir la tendencia actual. Se identifican seis áreas clave donde una intervención decidida podría generar impactos estructurales: la transformación de los sistemas alimentarios, la transición energética, la inclusión digital, la educación, el acceso a empleo digno y la acción climática.
“El progreso en una de estas áreas puede acelerar el avance en las demás”, indicó el secretario general, quien también insistió en la necesidad de desbloquear financiación a gran escala. En este sentido, reiteró su propuesta de reformar el sistema financiero internacional, aplicar medidas de alivio de deuda y triplicar la capacidad crediticia de los bancos multilaterales de desarrollo.
Luces entre las sombras: avances desiguales en inclusión y salud
Pese al panorama general, el informe de la ONU también destaca logros relevantes desde 2015: el acceso a la electricidad alcanza ya al 92% de la población mundial; el matrimonio infantil sigue descendiendo; y cada vez más niñas asisten a la escuela. La protección social cubre a más de la mitad del planeta y el acceso a internet se ha expandido del 40% al 68%, abriendo nuevas oportunidades para la educación, el empleo y la participación cívica.
Otros datos esperanzadores incluyen la escolarización de 110 millones de menores adicionales y la erradicación de al menos una enfermedad tropical desatendida en 54 países. “Este progreso demuestra que invertir en desarrollo e inclusión da resultados”, aseguró Guterres.
Un reto urgente y global
A pesar de estos avances, el informe advierte que el balance global dista mucho de ser positivo. En un 2024 marcado por temperaturas récord, el número de personas sin acceso a agua potable se mantiene en niveles inaceptables. Además, más de mil millones de personas habitan en asentamientos informales sin servicios básicos y el endeudamiento de los países de renta baja y media alcanzó los 1,4 billones de dólares en 2023, cifra sin precedentes.
“El éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible todavía es posible. Pero solo si actuamos con urgencia, unidad y una determinación inquebrantable”, concluyó Guterres en su intervención. El llamamiento coincide con el inicio del Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible, que durante dos semanas evaluará los progresos y desafíos pendientes desde la adopción de la Agenda 2030.
