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En la apertura de la Asamblea Mundial de la Salud, el director general de la OMS lanzó un contundente llamado a los Estados para que incrementen su apoyo económico a la salud global. Frente a una crisis financiera que amenaza la continuidad de programas clave, Tedros Adhanom Ghebreyesus subrayó que defender la salud como derecho humano básico es imprescindible para construir un mundo más equitativo y resiliente frente a emergencias sanitarias y climáticas.
En ocho horas, el gasto militar mundial equivale al presupuesto anual de la OMS

La salud no puede seguir siendo el eslabón débil de la sostenibilidad global. Así lo expresó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante la apertura de la Asamblea Mundial de la Salud 2025. En su discurso, el máximo responsable de la agencia sanitaria de Naciones Unidas subrayó la necesidad urgente de reforzar el financiamiento destinado a salud pública y prevención de enfermedades, alertando sobre un preocupante déficit presupuestario para el próximo bienio.

“Lo que está en juego es la vida y el bienestar de miles de millones de personas”, afirmó Tedros, que además denunció la enorme desigualdad entre el gasto militar mundial y las inversiones en sanidad. “El coste de un solo bombardero equivale al presupuesto anual de la OMS”, ejemplificó, haciendo un llamamiento a priorizar políticas públicas centradas en la vida, la paz y el bienestar colectivo.

La OMS enfrenta actualmente una brecha de financiación de más de 500 millones de dólares, y un déficit proyectado de 1.700 millones de cara a 2026-2027. Ante esta situación, la organización ha iniciado una profunda reestructuración interna que incluye la reducción de departamentos y una gestión más eficiente de sus recursos, según informa Naciones Unidas. 

Uno de los puntos clave de esta asamblea es la adopción del nuevo acuerdo internacional sobre prevención, preparación y respuesta ante pandemias. Este pacto, finalizado el pasado 16 de abril, busca garantizar el acceso equitativo a vacunas, medicamentos y diagnósticos durante futuras crisis sanitarias, y promueve el enfoque “One Health” o “Una sola salud”, que reconoce la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental.

Este marco cobra especial relevancia en un contexto de crisis climática, donde la aparición de enfermedades zoonóticas (transmitidas de animales a humanos) y la presión sobre los ecosistemas refuerzan la necesidad de una visión integral de la salud.

Reforzar los sistemas sanitarios desde una perspectiva de derechos

Desde el enfoque de derechos humanos, Tedros insistió en que la salud debe considerarse un bien común global y no una mercancía. Recordó que el fortalecimiento de los sistemas de salud es fundamental no solo para la prevención de futuras pandemias, sino también para avanzar hacia la equidad social, la justicia climática y la protección de las comunidades más vulnerables.

En 2024, la OMS evaluó más de 15 millones de señales sanitarias en su sistema de vigilancia global, facilitando respuestas rápidas ante emergencias en 89 países. También destacó avances importantes en la vacunación infantil, la lucha contra la malaria y el acceso a nuevas vacunas como las del papiloma humano y la meningitis, con un impacto directo en la reducción de la mortalidad materna e infantil.

El incremento de desastres naturales, conflictos armados y enfermedades emergentes ha multiplicado las necesidades sanitarias a nivel mundial. A lo largo de 2024, la OMS lideró la respuesta a 51 emergencias de gran escala, desplegando equipos médicos y suministros esenciales en zonas críticas como Gaza, donde logró negociar una tregua humanitaria para vacunar a más de medio millón de niños. Sin embargo, persisten desafíos graves como el rebrote de la poliomielitis en Asia, lo que exige no bajar la guardia en campañas de vacunación y vigilancia epidemiológica.

Invertir en salud es invertir en futuro

La Asamblea Mundial de la Salud 2025 se presenta como una oportunidad histórica para que los gobiernos refuercen su compromiso con la salud pública como derecho básico y condición imprescindible para un futuro sostenible. Como recordó Tedros en su intervención: “Nuestro trabajo no es solo salvar vidas. Es una apuesta por un mundo más saludable, más pacífico y más justo. No podemos permitirnos retroceder”.

Desde el periodismo especializado en sostenibilidad, se hace eco de este mensaje la urgencia de comprender la salud como un eje transversal que conecta los derechos humanos, la justicia climática y la transición ecológica. Porque sin salud no hay desarrollo posible, y sin equidad, no hay verdadera sostenibilidad.

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