La presencia arraigada de la Inteligencia Artificial (IA) en nuestro entorno tecnológico es innegable. Aunque enfrenta desafíos, su impacto positivo en la sociedad es cada vez más evidente. Un reciente informe del Foro Económico Mundial (WEF) resalta que la IA está emergiendo como un aliado potente para las comunidades comprometidas con la conservación. Esto llega en un momento crucial, cuando nos enfrentamos a desafíos ambientales cada vez más complejos y una urgente necesidad de proteger nuestro entorno natural y su vasto patrimonio biocultural.
Los expertos sostienen que la combinación de la IA y la conservación tiene el potencial de mejorar significativamente nuestra capacidad para monitorear y preservar los ecosistemas, mitigar los conflictos entre humanos y vida silvestre, optimizar la gestión de recursos y promover una coexistencia sostenible entre la humanidad y la naturaleza. En este contexto, la IA no solo representa un avance tecnológico, sino también un catalizador para empoderar a las partes interesadas en la conservación, incluidas las comunidades locales, fortaleciendo así su capacidad para proteger la biodiversidad del planeta y los medios de subsistencia de aquellos que dependen de ella.
A lo largo de los años, la integración de la IA en los esfuerzos de conservación ha sido un proceso gradual, pero en la actualidad, en 2024, su papel es cada vez más prominente. Desde la vigilancia de hábitats hasta la protección de la vida silvestre, el análisis de datos y el reconocimiento de patrones, la IA está desempeñando un papel fundamental. Los drones equipados con IA y la tecnología de teledetección están mejorando la conservación de manera costo-efectiva. Además, la IA se utiliza cada vez más en la toma de decisiones y la formulación de políticas de conservación, acelerando las respuestas a amenazas emergentes, como la vigilancia de enfermedades.
En cuanto al futuro de la IA en la conservación, el informe concluye que, a pesar de los numerosos usos que se han encontrado para ella, su incorporación en la sensibilización y participación ciudadana en la conservación aún está en una etapa incipiente. Es evidente la necesidad urgente de contar con más profesionales en campos como la culturómica de la conservación y la sostenibilidad computacional, quienes posean conocimientos locales para establecer conexiones entre semántica, comportamiento social y estrategias de conservación. Además, se anticipa que diversas áreas críticas dentro del ámbito de la conservación experimentarán desarrollos significativos, incluidos avances impulsados por la tecnología:
A pesar del inmenso potencial de la IA en la conservación, es esencial considerar aspectos éticos, como la privacidad de los datos, los posibles sesgos y la colaboración entre humanos y IA. La integración responsable de la IA debe priorizar el aprendizaje inclusivo, la participación comunitaria y las preocupaciones sobre el impacto ambiental de la IA, asegurando así que apoye y fortalezca los esfuerzos de conservación mientras respeta los valores humanos y las normativas éticas y ambientales.