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Inaugurada en 2015 como la primera plataforma española de inversión participativa autorizada por la CNMV, Bolsa Social ha tomado la decisión de evolucionar en su estrategia empresarial y dejar atrás su rol exclusivo como plataforma de crowdfunding. La empresa ha diversificado sus servicios al presentar tres nuevas herramientas de inversión con servicios premium, con el objetivo de potenciar aún más la inversión de impacto en España.
Bolsa Social se convierte en un ecosistema de inversión de impacto

Bolsa Social, fundada en 2015 como la primera plataforma española de inversión participativa autorizada por la CNMV, ha dado un paso significativo en su estrategia de negocio. La compañía, comprometida con la promoción de proyectos de impacto social y ambiental, ha evolucionado hacia la creación de un robusto ecosistema de inversión. Este ecosistema, reflejado en su nueva web corporativa, ofrece nuevas herramientas y oportunidades para diversos perfiles de inversores que buscan generar un impacto positivo en la sociedad y en el planeta, además de obtener un retorno económico.

El cambio en la trayectoria de Bolsa Social comenzó a finales del año pasado con el nombramiento de Fernando Summers como nuevo CEO y una exitosa ronda de inversión de 700.000€ para expandirse al mercado portugués, marcando así el inicio de su internacionalización. Se espera que, al cerrar el ejercicio actual, la empresa alcance un volumen invertido de 8 millones de euros, representando un impresionante aumento del 300% en comparación con los 2 millones de 2023. Este impacto previsto en el primer año equivaldrá a lo logrado en cinco años en la etapa anterior.

La plataforma ofrece actualmente cuatro instrumentos de inversión. En primer lugar, la tradicional plataforma de crowdfunding, que permite inversiones desde una cantidad mínima de 50€, ahora incluye la opción de préstamos sostenibles, brindando a empresas en fases más avanzadas una alternativa con menor riesgo y retornos de hasta un 8%.

En segundo lugar, la categoría de lending se complementa con un Club privado de inversión de deuda de impacto, que con una inversión mínima de 5.000€, brinda acceso preferente al flujo de operaciones de Bolsa Social. La tercera herramienta, Impact Network, se dirige a inversores experimentados, ofreciéndoles acceso prioritario a oportunidades de inversión en capital, informes detallados y participación activa en la selección de proyectos. Estos inversores contribuyen activamente al crecimiento y éxito de las empresas financiadas.

Por último, el Club Impact Angels (CIA) integra a profesionales del venture capital y otros inversores comprometidos con la innovación y la sostenibilidad. Este exclusivo club, actualmente cerrado a nuevos miembros, requiere una contribución de 25.000€ y tiene como objetivo universalizar la inversión de impacto entre los business angels.

Fernando Summers, CEO de Bolsa Social, destaca: "Estamos trabajando para ofrecer a inversores institucionales la posibilidad de canalizar fondos hacia nuestros proyectos de impacto o realizar convocatorias específicas para proyectos de su interés, algo único en nuestro país. Contar con diferentes actores nos permitirá aumentar el tamaño del ticket medio y aportar diversas ventajas a los proyectos que financiemos".

A pesar de estas innovaciones, Bolsa Social mantiene su compromiso con el crowdfunding, permitiendo a cualquier persona, sin ser un inversor profesional, participar en proyectos, explicando los riesgos y facilitando la comprensión de las oportunidades tanto a nivel financiero como de impacto. La plataforma busca que, en todos los proyectos financiados, exista un componente mínimo de crowdfunding, aunque los miembros de Impact Network o del CIA tengan acceso prioritario a las rondas de inversión.

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