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Reem Alsalem, relatora especial de la ONU, denuncia que las mujeres y las niñas siguen siendo asesinadas por su género. Sin dudas, en algunos países, los avances conseguidos durante décadas para detener la violencia contra las mujeres y su discriminación están retrocediendo, asegura la experta, que pide defender el objetivo, el espíritu y el significado de las obligaciones fundamentales en materia de derechos humanos.
Nacer mujer sigue siendo un factor de riesgo

La violencia contra las mujeres y niñas es una grave violación de los derechos humanos y una problemática global persistente y devastadora. Esta forma de violencia puede manifestarse de diversas maneras, como la violencia doméstica, el acoso sexual, la trata de personas con fines de explotación sexual, la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados y muchos otros actos de violencia basada en el género.

Esta problemática afecta a mujeres y niñas en todas partes del mundo, independientemente de su edad, origen étnico, nivel socioeconómico o ubicación geográfica. Sus consecuencias son profundamente perjudiciales tanto a nivel individual como para la sociedad en su conjunto. Estas consecuencias pueden incluir lesiones físicas y psicológicas, trauma a largo plazo, limitaciones en la capacidad de participar plenamente en la sociedad y, en casos extremos, la pérdida de vidas.

Sobre esta compleja realidad Reem Alsalem, relatora especial de la ONU sobre sobre la violencia contra la mujer, cuyo cometido incluye examinar las causas y consecuencias de los ataques, expresó que: "Las mujeres y las niñas siguen siendo asesinadas por razón de su sexo y género, siendo más vulnerables al feminicidio cuando el hecho de ser mujeres y niñas se cruza con otros motivos o identidades". Alsalem afirmó que las mujeres "siguen sin poder organizarse libremente, creer y hablar, y sufren las consecuencias", Lo hizo en unas declaraciones que siguieron a la presentación de su informe ante la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. "Estos retrocesos se producen mientras el mundo atraviesa múltiples crisis provocadas por guerras, el cambio climático, la pobreza y pandemias que tienen un claro impacto de género y afectan de manera desigual a mujeres y niñas", añadió Alsalem. 

El panorama a futuro se ve poco alentador. Nos encontramos en el ecuador de la carrera para cumplir la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, y "nos hemos dado cuenta dolorosamente de que no estamos ni cerca de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5” sobre igualdad de género y empoderamiento, dijo la experta.

Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 736 millones de personas son víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, o de violencia sexual por parte de una persona que no es su pareja, una cifra que ha permanecido prácticamente invariable en la última década. La violencia infligida por la pareja es la forma más común, con unos 641 millones de mujeres afectadas en todo el mundo. Según la organización, las más jóvenes siguen estando especialmente expuestas a este tipo de violencia, ya que una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 24 años sufre violencia a manos de su pareja cuando alcanza la veintena.

Además, en la actualidad, 50 países siguen teniendo leyes de nacionalidad que contienen disposiciones discriminatorias por razón de género, y en 24 de esos países se niega a las mujeres el derecho a conferir la nacionalidad a sus hijos en igualdad de condiciones con los hombres. La experta independiente añadió que la discriminación por razón de sexo y género en las leyes de nacionalidad es una de las principales causas de la apatridia.  "No nos equivoquemos: La apatridia y las leyes de nacionalidad discriminatorias por razón de sexo equivalen a violencia contra la mujer, ya que constituyen formas graves de discriminación contra las mujeres y las niñas, tal como se definen en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer."

La relatora pidió a los Estados que "defiendan el objetivo, el espíritu y el significado de las obligaciones fundamentales en materia de derechos humanos".

Siempre es bueno recordar el objetivo de Desarrollo número 5:

  • Poner fin a todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres y las niñas
  • Eliminar prácticas nocivas como los matrimonios precoces y forzados y la mutilación genital femenina
  • Adaptar y reforzar la legislación para promover la igualdad de género y la autonomía de las mujeres y las niñas
  • Garantizar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo en la vida política, económica y pública
  • Garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva.

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