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Ayer, 8 de junio, se conmemoró el Día Mundial de los Océanos, y con motivo de la efeméride Naciones Unidas recuerda la importancia de trabajar unidos para restaurar el equilibrio de los ecosistemas marinos. Con el 90% de las poblaciones de grandes peces agotadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, es necesario contar con los recursos y las regulaciones necesarias para garantizar la gestión sostenible.
 Día Mundial de los Océanos: restaurar su equilibrio es prioridad

El Día Mundial de los Océanos se celebra cada año el 8 de junio. Se trata de una iniciativa impulsada por Naciones Unidas para concienciar sobre la importancia de los océanos y promover la protección y conservación de estos ecosistemas vitales. Este día tiene como objetivo principal resaltar la importancia de los océanos en nuestra vida cotidiana. Los océanos son fundamentales para la salud del planeta y desempeñan un papel crucial en la regulación del clima, la producción de oxígeno, la provisión de alimentos y la biodiversidad marina.

Cada año, el Día Mundial de los Océanos se centra en un tema específico relacionado con la conservación y protección de los océanos. Estos temas abarcan desde la reducción de la contaminación plástica, la lucha contra la pesca ilegal y la protección de los arrecifes de coral hasta la promoción de la sostenibilidad pesquera y la preservación de la vida marina.

Este año, con el 90% de las poblaciones de grandes peces agotadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, la ONU hace un llamamiento a trabajar unidos para crear un nuevo equilibrio con el océano que ya no agote su riqueza, sino que restaure su vitalidad y le aporte nueva vida. “Los océanos albergan la mayor reserva de biodiversidad de nuestro planeta. Los recursos que contienen son el sustento de las comunidades, la prosperidad y la salud humana en todo el mundo”, ha declarado el Secretario General en un mensaje.

Sin embargo, António Guterres advierte que esta biodiversidad está sufriendo los embates de la pesca excesiva, la sobreexplotación y la acidificación de los océanos. “Más de un tercio de las poblaciones de peces se explotan a niveles insostenibles. Estamos contaminando el agua de nuestras costas con productos químicos, plásticos y desechos humanos”, señaló.

En medio de un escenario complejo, marcado por la emergencia climática Guterres destacó las principales medidas que se han tomado para proteger los océanos de todo el mundo:

  • La aprobación de la meta mundial de conservar y gestionar el 30 % de las zonas terrestres, marinas y costeras para 2030 y un acuerdo clave sobre subvenciones a la pesca
  • La aprobación de medidas de protección que tuvo lugar en la Conferencia sobre los Océanos que de Lisboa
  • La aprobación el pasado mes de marzo del Tratado sobre la Alta Mar, relativo a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional
  • La negociación que está teniendo lugar de un instrumento mundial jurídicamente vinculante que ponga fin a la contaminación por plásticos

En este día, las Naciones Unidas recuerdan que los océanos del mundo, su temperatura, química, corrientes y vida, mueven sistemas que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad. Cubren más del 70% del planeta y producen al menos el 50% del oxígeno.

Es preciso recordar que, históricamente, los océanos y los mares han sido cauces vitales del comercio y el transporte. Hoy en día, son la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. También son clave para nuestra economía, ya que se calcula que en 2030 habrá 40 millones de personas empleadas en industrias basadas en los océanos. Es por ello, que la gestión prudente de este recurso esencial es una característica clave del futuro sostenible. Es necesario tomar medidas para revertir el continuo deterioro de las aguas costeras, que no solo está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad, sino que también está afectando negativamente a la pesca de pequeña escala. Las áreas marinas protegidas deben ser administradas de manera efectiva, contar con recursos suficientes y regulaciones que ayuden a reducir la sobrepesca, la contaminación marina y la acidificación de los océanos.

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