El racismo es un problema social grave que persiste en muchas sociedades en todo el mundo. Se basa en la discriminación y el prejuicio hacia las personas de diferentes razas o etnias, y puede manifestarse de varias formas, como el trato desigual, la exclusión, los estereotipos negativos, la violencia y la negación de derechos y oportunidades.
Desde el pasado 30 de mayo hasta el 2 de junio en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York (Estados Unidos) tuvo lugar La Segunda sesión del Foro Permanente sobre los Afrodescendientes, una plataforma de la ONU para mejorar la seguridad y la calidad de vida de estas personas en todo el mundo. Se trata de "un mecanismo consultivo para los afrodescendientes y otras partes interesadas pertinentes como plataforma para mejorar la seguridad y la calidad de vida y los medios de subsistencia de los afrodescendientes, así como un órgano consultivo del Consejo de Derechos Humanos, en consonancia con el programa de actividades para la aplicación del Decenio Internacional para los Afrodescendientes y en estrecha coordinación con los mecanismos existentes".
Durante la inauguración del encuentro, el presidente de la Asamblea General advirtió que el racismo es un problema mundial y todos los países deben adoptar una postura contra él: "El racismo y la xenofobia siguen arruinando nuestras comunidades, como cicatrices que echan a perder el tejido social. El odio y la violencia que engendran persisten, exigiendo nuestros esfuerzos colectivos para erradicar la violencia racial en todas sus formas", dijo Csaba Kőrösi en la segunda sesión del Foro.
En este sentido, Kőrösi aseguró que para superar esto es necesario reconocer nuestra humanidad compartida, ya que los "legados no reconocidos" de la esclavitud y la segregación persisten hoy en día a través de sistemas penitenciarios opresivos y racialmente violentos, desigualdades en el acceso a la atención sanitaria y exclusión de la mano de obra. "Debemos acabar con estas herencias inhumanas y vergonzosas, y debemos hacerlo ahora", afirmó en su intervención en el Salón de la Asamblea General. "Creo firmemente que, reflexionando sobre estas dolorosas herencias, podemos transformar realmente las injusticias del pasado en las libertades del futuro", añadió.
El racismo tiene efectos perjudiciales tanto a nivel individual como a nivel colectivo. A nivel individual, puede causar angustia emocional, baja autoestima, ansiedad y depresión en las personas que son víctimas de discriminación racial. Además, puede limitar las oportunidades de empleo, educación y vivienda, lo que perpetúa la desigualdad social y económica.
A nivel colectivo, el racismo divide a las sociedades y crea tensiones intergrupales. Puede llevar a la marginalización de ciertos grupos étnicos, perpetuando así la desigualdad estructural. Además, el racismo socava la cohesión social, impide el desarrollo de comunidades inclusivas y obstaculiza el progreso hacia sociedades más justas y equitativas.
En un mundo como el actual en el cual el racismo sigue estando presente, el Foro Permanente fue creado en 2021 por la Asamblea General, tras años de deliberaciones, y en consonancia con el Decenio Internacional de los Afrodescendientes, que se prolongará hasta 2024. El órgano contribuirá a impulsar una declaración de la ONU sobre la promoción y el pleno respeto de los derechos de los afrodescendientes, tema del actual periodo de sesiones. Su creación cristaliza el compromiso internacional de acelerar el camino hacia la plena igualdad y justicia para los afrodescendientes de todo el mundo, declaró por su parte el Secretario General de la ONU, en un mensaje de vídeo dirigido a los asistentes.
Durante el encuentro de este año, António Guterres instó a reconocer y reparar los errores cometidos durante siglos de esclavitud y colonialismo y sostuvo: "Debemos actuar con mayor urgencia para librar a nuestras sociedades de la lacra del racismo y garantizar la plena inclusión política, económica y social de los afrodescendientes como ciudadanos iguales, sin discriminación".
El hecho de que el racismo no conoce fronteras fue puesto de manifiesto por el presidente de Brasil, quien destacó los constantes abusos de los que es objeto el futbolista brasileño Vinícius Júnior, que juega en el equipo español del Real Madrid. "La lección que podemos sacar de estos episodios imperdonables es que Vinicius Jr, un joven de 22 años, es capaz de enfrentarse a multitudes hostiles, no hay duda de que podemos y debemos hacer más para interrumpir este circuito deshumanizador de violencia", dijo Luiz Inácio Lula da Silva en otro videomensaje.
Por su parte, la ministra brasileña de Igualdad Racial, Anielle Franco, subió al estrado para reforzar el llamamiento del presidente Lula a renovar el Decenio Internacional de los Afrodescendientes, centrándose en la memoria, las reparaciones y la justicia. "La paz, la democracia, la seguridad internacional, la lucha contra las desigualdades y la garantía de los derechos humanos sólo coexistirán cuando se reparen siglos de racismo sistémico, caracterizado por la deshumanización, la subyugación, el trauma, el borrado de nuestra cultura y la violencia psicológica", afirmó, arrancando los aplausos de la sala.