Oxfam Intermón ha publicado hoy, 5 de junio, el Informe paralelo de 2023 sobre financiación climática. Con motivo del Día Internacional del Medio Ambiente, la ONG ha hecho publico este documento que revela que, los países ricos llevan tres años sin alcanzar su compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares anuales en concepto de financiación climática destinada a países de renta media y baja, según denuncia Oxfam Intermón con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra este lunes.
Cabe destacar que la financiación climática se refiere al conjunto de recursos financieros destinados a abordar los desafíos relacionados con el cambio climático. El objetivo principal de la financiación climática es movilizar y canalizar fondos para actividades que promuevan la mitigación y adaptación al cambio climático, así como para apoyar a los países en desarrollo en sus esfuerzos para abordar este problema global. Existen diferentes fuentes de financiamiento climático, que incluyen tanto fuentes públicas como privadas. Algunas de las principales fuentes públicas de financiación climática son los fondos nacionales y multilaterales, como los fondos de inversión en energías renovables, fondos para la conservación de bosques, fondos para la adaptación al cambio climático, entre otros. Además, los gobiernos pueden destinar recursos a través de sus presupuestos nacionales para financiar proyectos y programas climáticos.
La publicación advierte que, si bien los donantes afirman haber movilizado 83.300 millones de dólares en 2020, el valor real de dicho gasto es, a lo sumo, de 24.500 millones de dólares. La cifra de 83.300 millones de dólares es una sobreestimación, ya que incluye proyectos en los que se ha exagerado el objetivo climático o los préstamos se han contabilizado según su valor nominal.
En medio de un escenario por demás complejo, atravesado por la emergencia climática, marcado por el constante aumento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y donde los devastadores efectos del cambio climático afectan en mayor medida a las zonas y las personas que menos han contribuido a él, la ONG señala que el apoyo que realmente ofrecen estos países es mucho menor que el que indican las cifras declaradas, además de concederse principalmente en forma de préstamos que deben reembolsarse.
La injusticia es doble: los países más ricos son los que más contaminan y, a su vez, son los que menos aportan económicamente. Los expertos de OXfam explican que, al conceder préstamos en lugar de subvenciones, este tipo de fondos podrían incluso perjudicar a las comunidades locales en lugar de ayudarlas, puesto que agravan aún más la deuda en países que ya están fuertemente endeudados, especialmente teniendo en cuenta el aumento de los tipos de interés.
Los países donantes están reasignando a la financiación climática hasta un tercio de su contribución a la ayuda oficial al desarrollo en lugar de aportar financiación nueva y adicional, mientras que más de la mitad del total de financiación climática que se destina a los países más pobres se concede en forma de préstamos.
El informe denuncia que entre los países que aportan financiación climática bilateral, Francia es quien concede una mayor parte de la financiación pública en forma de préstamos, con un preocupante porcentaje del 92 %. Otros países que llevan a cabo esta cuestionable práctica son Austria (71 %) o Japón (90 %). España está entre los países con mayor proporción de préstamos, particularmente de préstamos no concesionales, con un total de 85,2%. Sólo el 12,4% de la financiación pública bilateral para el clima se otorga en forma de subvenciones. Según Oxfam Intermón, España debe invertir la tendencia y asegurar que al menos el 80% de su financiación climática sea en forma de subvenciones, mientras que los préstamos aportados sólo sean concesionales. Esta ONG pide, además, transparencia sobre la financiación climática de forma que quede claro cuánto se ha desembolsado en forma de préstamos y los intereses asociados a esa financiación.
En palabras de Nafkote Dabi, responsable de políticas sobre cambio climático de Oxfam Internacional: “Es muy injusto. Los países ricos están menospreciando a los países más pobres, y esta es una actitud que socava profundamente la confianza en las negociaciones sobre el clima. Están jugando a un juego muy peligroso del que todos saldremos perdiendo”.
Oxfam Intermón estima que el valor real de los fondos asignados por los países ricos en 2020 a la financiación de medidas de respuesta al cambio climático en países de renta media y baja se encontraba entre los 21.000 y los 24.500 millones de dólares, de los cuales solo entre 9.500 y 11.500 millones se destinaron específicamente a la adaptación climática; fondos que resultan vitales para implementar proyectos y procesos enfocados a ayudar a los países más vulnerables al cambio climático a abordar los efectos cada vez más graves del cambio climático.
Otro aspecto importante que se destaca en el informe es que la financiación climática para el desarrollo carece ampliamente de perspectiva de género. Concretamente, solo el 2,9 % del total de la financiación identifica como prioridad la igualdad de género. Tan solo un tercio de los proyectos de financiación climática en 2019-2020 transversalizaban la perspectiva de género, es decir que tenían en cuenta las necesidades específicas, experiencias y preocupaciones tanto de mujeres como de hombres.
El iforme muestra que a la organización sin fines de lucro le preocupa la escasa atención que recibe la financiación para la adaptación, especialmente cuando en los últimos tres años se han registrado olas de calor sin precedentes en India, Pakistán y América Central y del Sur (en el caso de Pakistán, seguida por graves inundaciones que afectaron a más de 33 millones de personas); al mismo tiempo, África del Este se enfrenta a la sequía más grave de los últimos 40 años, lo que ha contribuido a la actual crisis alimentaria.
La ONG ha mostrado su preocupación por el hecho de que la financiación aportada para afrontar las pérdidas y los daños (es decir, los impactos climáticos a los que no podemos o no hemos sido capaces de adaptarnos o de mitigar), continúe sin formar parte oficialmente de la arquitectura internacional de financiación climática. Existe una urgente necesidad de movilizar financiación para afrontar pérdidas y daños, dado que, según se estima, los países de renta media y baja podrían enfrentarse a costes de hasta 580.000 millones de dólares anuales de cara a 2030. En este contexto, Oxfam Intermón pide a países y entidades a cargo de la financiación climática que aumenten la inversión y declaren de manera detallada en base a cada proyecto los porcentajes que se destinan a medidas de mitigación y adaptación. De la misma forma, asegura la ONG, es necesario que se destine urgentemente una mayor financiación a las medidas de respuesta al cambio climático mediante subvenciones, además de frenar la tendencia de los proveedores a conceder en forma de préstamos la suma que se han comprometido a aportar.