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El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) denuncia que la creciente crisis de desnutrición está empujando a millones de niños y niñpas al borde de la inanición. Frente a esto, advierte que si no se toman medidas urgentes esta crisis se convertirá en catástrofe.

La sequía motivada por la emergencia climática, los conflictos armados y el aumento de los precios de los alimentos y la energía siguen incrementando los niveles de emergencia de desnutrición aguda grave en niños pequeños de todo el mundo. En los 15 países más afectados, incluidos del Cuerno de África y el Sahel, un niño se ve empujado a la desnutrición grave cada minuto, según un reciente análisis de UNICEF. La situación es cada vez más grave y los líderes políticos deben actuar en consecuencia.

Frente a este escenario por demás complejo, gobiernos, filántropos y donantes privados han comprometido aproximadamente 577 millones de dólares (587 millones de euros) desde julio en respuesta a la creciente crisis de desnutrición infantil. Al menos el 60% se ha comprometido directamente para apoyar el trabajo de UNICEF en 15 de los países más golpeados por la crisis de nutrición y alimentos.

La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, afirma que: “Una creciente crisis de desnutrición está empujando a millones de niños al borde de la inanición y, a menos que hagamos más, esta crisis se convertirá en catástrofe. UNICEF está profundamente agradecido por los compromisos recibidos, pero necesitamos más financiación sin restricciones para llegar a los niños antes de que sea demasiado tarde. No podemos quedarnos parados y dejar a los niños morir. No cuando sabemos cómo prevenir, detectar y tratar la desnutrición aguda grave”.

Expertos del organismo internacional explican que la desnutrición aguda grave, que hace que los niños estén peligrosamente delgados, es la forma más visible y letal de desnutrición. La debilidad del sistema inmunitario aumenta el riesgo de muerte entre los niños menores de 5 años hasta 11 veces en comparación con los niños bien alimentados.

En respuesta, UNICEF ha ampliado sus esfuerzos en los 15 países más afectados por la crisis de desnutrición. Afganistán, Burkina Faso, Chad, República Democrática del Congo, Etiopía, Haití, Kenia, Madagascar, Malí, Níger, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Yemen están incluidos en un Plan de Aceleración que pide 1.200 millones de dólares (1.218 millones de euros) para ayudar a evitar el aumento de la mortalidad infantil y mitigar los daños a largo plazo de la desnutrición aguda grave. Estas contribuciones ayudarán a prestar servicios de prevención, detección y tratamiento tempranos de la desnutrición infantil, y a ampliar el acceso a alimentos terapéuticos listos para consumir y a otros productos nutritivos esenciales necesarios durante las crisis.

Por su parte, el ministro consejero de la Misión Permanente de Senegal ante las Naciones Unidas, Diamane Diome sentenció: "A medida que nos enfrentamos a los desafíos mundiales, incluidos los efectos de la COVID-19, debemos mantener siempre la desnutrición aguda y crónica como prioridades en la agenda multilateral. Trabajando con actores nacionales e internacionales, como USAID, UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos y otros socios multilaterales y bilaterales, Senegal ha hecho grandes progresos en este sentido. Esto demuestra que podemos superar el reto de la desnutrición aguda y crónica en la infancia, si trabajamos de manera colaborativa y con un sentido de urgencia, sobre la base de nuestros valores compartidos. Senegal se ha comprometido a compartir la experiencia y las lecciones que ha aprendido en este proceso. Por eso me complace participar en esta oportuna reunión junto a USAID y UNICEF".

 

*Para contribuir al trabajo de UNICEF en desnutrición, consultar aquí: https://www.unicef.es/hazte-socio-hambruna

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