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Un año más, este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y Disidencias, seguimos pidiendo poner fin a la violencia contra las mujeres. No se trata de casos aislados, sino que, por el contrario, es un problema estructural, grave y urgente.

Pese a las políticas públicas y a las iniciativas institucionales, organizativas y comunitarias, lo cierto es que las denuncias aumentan año a año en España. En nuestro país, en lo que va de año, 38 mujeres han sido asesinadas, 1.171 desde que comenzó el recuento en 2003, según datos del Ministerio de Igualdad. En el mundo entero, según cifras de Naciones Unidas, casi 1 de cada 3 mujeres ha sufrido abusos a lo largo de su vida. En tiempos de crisis las cifras aumentan, como se vio durante la pandemia de COVID-19.

Un nuevo informe llevado a cabo por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y ONU Mujeres, publicado este martes 22 en vísperas del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, basado en datos de 13 países recoge que 2 de cada 3 mujeres padecieron alguna forma de violencia durante la pandemia. Los datos siguen siendo preocupantes.  La investigación denuncia que, en 2021, una media de más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por alguien de su propia familia. De las 81.000 mujeres y niñas asesinadas intencionadamente el año pasado, 45.000 -alrededor del 56%- murieron a manos de sus parejas u otros familiares.

Detrás de cada cifra hay vidas, mujeres con sueños, historias y proyectos. Proyectos que quedaron en el camino. Lo más preocupante del informe es que las cifras muestran que el número total de homicidios de mujeres se ha mantenido prácticamente sin cambios en la última década, lo que subraya la urgencia de una acción más fuerte en materia de prevención y respuesta. Evidentemente, lo hecho hasta hoy es insuficiente.

Pero, antes de seguir, aclaremos algunos conceptos:

Femicidios: Es la forma más extrema de violencia de género y se define como el "asesinato intencional de mujeres por ser mujeres". Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "la mayoría de los casos de feminicidio son cometidos por parejas o exparejas, e implican abusos continuos en el hogar, amenazas o intimidación, violencia sexual o situaciones en las que las mujeres tienen menos poder o menos recursos que sus parejas".

Violencia de género: La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU, define la violencia contra la mujer como: “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.” Esa decir, es la violencia que se ejerce sobre las mujeres, sólo por el hecho de ser mujeres.

Tipos de violencia: No siempre es sencillo comprender la violencia si no media un golpe o se produce un daño físico. Pero, es importante saber que existen muchas formas de violencia que antes pasaban inadvertidas y que también causan un gran daño y son inaceptables:

  • Violencia física: Es la que se emplea contra el cuerpo de las mujeres. Genera daño físico y dolor y, en ocasiones, riesgo de vida. Por ejemplo: golpes, apretones, tiradas de pelo.
  • Violencia psicológica: Actúa a través de las emociones y agresiones no físicas. Los celos, el control, los insultos, la humillación, la manipulación, el aislamiento y la culpabilización son solo algunos de los modos de ejercerla. No tiene el impacto inmediato de un golpe, pero el daño que produce, al ser más silencioso, perjudica el desarrollo personal y genera baja autoestima, depresión, sumisión y hasta el suicidio.
  • Violencia Sexual: Corresponde a toda acción que, con o sin acceso carnal, quebrante el derecho a decidir sobre la propia vida sexual o reproductiva. Se expresa a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, e incluye la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, la prostitución forzada, la explotación y la esclavitud sexual, el acoso, el abuso sexual y la trata de mujeres.
  • Violencia económica: Busca perjudicar, destruir, controlar o dañar el trabajo, los bienes y los recursos económicos de las mujeres, y suele tener como resultado la privación del acceso a los medios indispensables para vivir una vida digna.
  • Violencia simbólica: Se manifiesta a través de patrones estereotipados, mensajes, íconos o valores que transmiten y naturalizan la discriminación, la desigualdad y la subordinación de las mujeres en la sociedad. Este tipo lo encontramos fácilmente en los medios de comunicación cada vez que allí se reproducen mandatos de género, como cuando, por ejemplo, vemos que en las publicidades de productos de limpieza las responsables de que la casa esté limpia son siempre las mujeres.

ONU Mujeres advierte que la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo la violación de los derechos humanos más generalizada en el mundo. Su prevalencia, que se agravó como consecuencia de la pandemia de COVID-19, está aumentando aún más debido a las crisis interrelacionadas del cambio climático, el conflicto mundial y la inestabilidad económica.  Sin embargo, a pesar de estas tendencias desalentadoras, hay pruebas de que es posible prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas. Los datos demuestran que el motor más importante del cambio en las políticas es un movimiento de mujeres fuerte y autónomo, lo que convierte a la movilización feminista frente a la reacción violenta contra los derechos una cuestión literal de vida o muerte.  

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