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Los sectores industriales representan casi el 40% del consumo mundial de energía y más del 30% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Es por ello, que la transformación de estos sectores es fundamental para alcanzar las emisiones netas cero en 2050. Para contribuir con este importante desafío, el Foro Económico Mundial, en colaboración con Accenture y con el apoyo de las aportaciones de expertos de más de 40 organizaciones, ha publicado un nuevo informe en el cual incorpora un marco para supervisar y apoyar el progreso de las industrias pesadas hacia el objetivo de cero emisiones. Este marco sigue un enfoque holístico y está diseñado para hacer un seguimiento simultáneo del "rendimiento neto cero" de las industrias.

Todos somos responsables de detener la emergencia climática. Sin embargo, en la carrera hacia lograr las cero emisiones de carbono, es innegable que hay sectores que deben redoblar sus esfuerzos, ya que son los más contaminantes. Este es el caso de los sectores industriales, que representan casi el 40% del consumo mundial de energía y más del 30% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.  

Con el objetivo de hojas de ruta de cero emisiones para las industrias y no perder de vista el objetivo de la descarbonización hacia 2050, el Foro Económico Mundial ha publicado el informe “Net-Zero Industry Tracker”, el cual fija la ambición del organismo internacional de establecer una sólida plataforma de seguimiento que apoye la aparición de industrias con bajas emisiones de carbono para el final de la década. La actual crisis energética presenta una excelente oportunidad para acelerar el ritmo de la descarbonización industrial. Ahora es el momento de actuar.

Esta primera edición del informe Net-Zero Industry Tracker explica que los retos asociados a la descarbonización industrial suelen ser más complejos que los de otros sectores intensivos en carbono (por ejemplo, energía, transporte, edificios, etc.). Pero también son relativamente menos conocidos. Las lagunas en los datos y las discrepancias en las terminologías clave, las definiciones y los límites de la industria y las emisiones contribuyen a la falta de visibilidad de los avances. Esta iniciativa de seguimiento pretende ofrecer a las empresas, a los responsables políticos y a los consumidores la transparencia necesaria para garantizar que las acciones y las inversiones sean específicas y equilibradas.

El informe reconoce que hay esfuerzos en marcha. Han surgido compromisos de reducción a cero, estrategias de descarbonización, asociaciones tecnológicas, proyectos piloto de bajas emisiones de carbono y debates sobre productos y primas verdes. A pesar de ello, afirman los expertos, ninguna industria está cerca de lo que necesita para 2050, y la brecha es considerable. Fundamentalmente, siguen existiendo retos enormes y complejos dentro de las industrias y entre ellas. En este sentido, el documento destaca los aceleradores y las prioridades sectoriales de seis industrias (acero, cemento, aluminio, petróleo, gas natural y amoníaco) y esboza siete recomendaciones intersectoriales para la acción inmediata. Estas son:

1. La transformación de las industrias a cero requiere un nuevo nivel de ambición en la colaboración de las partes interesadas: Las soluciones innovadoras rara vez se encuentran dentro de una sola empresa o incluso industria. Por eso, los ecosistemas industriales deben unir sus fuerzas más allá de las asociaciones tradicionales.

2. Es necesario establecer normas comunes para los umbrales de producción de "bajas emisiones" para que las empresas industriales puedan calibrar la transformación de sus principales procesos de producción. El informe advierte que los objetivos de cero emisiones son necesarios, pero insuficientes para impulsar el progreso anual necesario. Las trayectorias de intensidad de las emisiones a nivel de producto (por ejemplo, acero, cemento) son esenciales para orientar un progreso coherente y oportuno.

3. Es necesario desarrollar más proyectos de demostración a escala real para acelerar la preparación comercial de las tecnologías de bajas emisiones. Muchas tecnologías de producción de bajas emisiones ya han alcanzado grandes fases de prototipo e incluso de demostración, y pueden reducir drásticamente las emisiones. Sin embargo, el informe afirma que, al ritmo actual, estas tecnologías no estarán comercialmente listas para su adopción por la industria antes de la segunda mitad de la década. Para acelerar la comercialización de estas soluciones y abaratar los costes, las empresas industriales deben redoblar sus esfuerzos para desarrollar proyectos de demostración a gran escala o proyectos comerciales tempranos.

4. La adopción generalizada de tecnologías de bajas emisiones correrá peligro si no se acelera drásticamente el ritmo de las inversiones en infraestructuras de apoyo. La mayoría de las vías de descarbonización de la industria se basan en la energía con bajas emisiones de carbono, el hidrógeno limpio (azul y verde) y la captura de carbono. Para satisfacer las necesidades previstas de los seis sectores prioritarios para 2050, las capacidades de las infraestructuras mundiales de almacenamiento de CO2 y de producción de hidrógeno limpio deben multiplicarse por 64 y por 8, respectivamente, con respecto a su situación actual.

5. Están surgiendo señales de demanda de productos de bajas emisiones, pero deben reforzarse y ampliarse. La descarbonización de las seis industrias podría requerir más de 2,1 billones de dólares en gastos de capital en activos de producción. Estas inversiones sólo pueden materializarse si existen primas verdes que concedan a los productores e inversores una rentabilidad aceptable por su riesgo.

6. Las políticas públicas pueden reforzar todas las dimensiones facilitadoras y apoyar la aparición de mercados diferenciados y económicamente viables de bajas emisiones para los primeros en llegar. La naturaleza expuesta al comercio de los mercados de productos básicos es especialmente difícil para la descarbonización. Se necesitan marcos políticos estables para nivelar el terreno de juego para los pioneros que estén dispuestos a invertir en una producción de bajo coste y bajas emisiones.

7. Unos mecanismos adecuados de reparto de riesgos, unas taxonomías de apoyo y un apoyo financiero público pueden acelerar el flujo de capital privado hacia las industrias de bajas emisiones. Las inversiones de las empresas en activos de bajas emisiones son más arriesgadas debido a su dependencia de las nuevas tecnologías e infraestructuras. La colaboración entre industrias y cadenas de valor puede permitir que se compartan los riesgos al tiempo que se ofrecen vías de mercado directas. Las taxonomías favorables y la financiación pública en forma de subvenciones, préstamos a bajo interés y en condiciones favorables, etc. también pueden reducir la exposición al riesgo de las empresas. Las asociaciones multilaterales público-privadas para financiar proyectos de bajas emisiones ayudarían a canalizar el capital necesario hacia los primeros activos a escala comercial.

La investigación concluye que, pese a los esfuerzos que ya están en marcha y los compromisos que se están asumiendo, la realidad de las emisiones netas cero para estas industrias se está retrasando y la extrapolación de la velocidad de progreso actual se quedará muy corta, por tanto, si efectivamente queremos ver resultados en los próximos 30 años necesitaremos más compromiso y mayor acción.

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